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El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender (Montaigne)

miércoles, 2 de julio de 2025

Las pantallas y el sueño

 * https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2025-07-02/maria-jose-martinez-experta-en-sueno-las-pantallas-retrasan-la-hora-de-irse-a-dormir-y-su-luz-inhibe-la-secrecion-de-melatonina.html

Sueño 

María José Martínez, experta en sueño: “Las pantallas retrasan la hora de irse a dormir y su luz inhibe la secreción de melatonina”

El 85% de los estudiantes de 2º y 3º de la ESO no alcanza las horas de sueño recomendadas y uno de cada tres duerme menos de siete horas al día. “El sedentarismo, las cenas copiosas o las actividades extraescolares que terminan tarde alteran los ritmos biológicos que regulan el sueño”, argumenta la experta

Adrián Cordellat

MADRID - 02 JUL 2025 - 05:30 CEST

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Un 17,3% de los escolares españoles acude a clase con sensación de excesiva somnolencia de manera habitual y el 4,2% se duermen en clase, según sus docentes. Así lo revela el reciente informe FAROS El sueño en la infancia y la adolescencia y su impacto en la salud, liderado por el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. La situación es aún peor entre los adolescentes. El 85% de los estudiantes de 2º y 3º de la ESO no alcanza las horas de sueño recomendadas (entre 8 y 10) durante los días escolares, según los datos de un estudio presentado en el último congreso de la Sociedad Española de Sueño, celebrado en abril en Santiago de Compostela. Es más, casi uno de cada tres estudiantes duerme menos de siete horas al día.

“Las rutinas aceleradas, las actividades extraescolares, el uso excesivo de pantallas y los horarios poco estables están reduciendo las horas de sueño de niños y adolescentes; y aunque parezca que aguantan bien, la falta de sueño les afecta directamente en muchos aspectos”, sostiene María José Martínez (36 años, Cartagena, Murcia), investigadora del laboratorio Cronolab de la Universidad de Murcia. Según la coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño (SES), esa afectación se observa a corto plazo “en problemas de concentración, bajo rendimiento escolar, irritabilidad y mayor riesgo de ansiedad o depresión”.

Alejandra Melús, pedagoga: “Si enseñamos a nuestros hijos a establecer una relación sana con la soledad, no le tendrán miedo”

A largo plazo, la falta de sueño sostenida en el tiempo puede afectar incluso al desarrollo cerebral y físico (el sueño regula la hormona del crecimiento), al sistema inmunológico y al equilibrio hormonal, y se ha relacionado con mayor riesgo de obesidad, trastornos metabólicos y problemas cardiovasculares. “Estas etapas son cruciales para el desarrollo cerebral, físico y emocional. Un sueño deficiente en estas edades puede comprometer aspectos clave de su desarrollo presente y futuro. Hablamos de un problema de salud pública silencioso, pero serio. El sueño no es solo descanso: es un proceso activo y esencial para el desarrollo”, explica.

Para concienciar de la importancia del mismo desde edades tempranas, la experta en medicina del sueño ha publicado recientemente un cuento infantil, Alicia y el país de los sueños, ilustrado por Eli Martínez Zerón, que tiene el objetivo de trasladar a los niños, de forma visual y cercana, conceptos científicos sobre el sueño y cómo cuidarlo. “Si desde pequeños los niños entienden por qué es tan importante dormir bien, tendrán más herramientas para adoptar hábitos saludables”, afirma la experta.

El libro parte del imaginario de Lewis Carroll y su Alicia en el país de las maravillas. De hecho, no faltan el conejo blanco, el gato, el sombrerero o una Reina de Corazones, en este caso una malvada Reina Azul, cuyo ejército roba a los niños la energía y los sueños a través de las pantallas, una de las grandes fuentes de preocupación para los expertos en sueño. “Las pantallas retrasan la hora de irse a dormir, activan el cerebro cuando debería comenzar a relajarse, y su luz inhibe la secreción de melatonina, la hormona que avisa al cuerpo de que es hora de dormir. Cuanto más tarde y más cerca del rostro se usan, mayor es su impacto”, sostiene Martínez.

El sueño, como la alimentación o la higiene, también se educa desde el ejemplo.


Ridvan Celik (Getty Images)

Más allá de las pantallas

Las pantallas, no obstante, como señala la experta, no son la única fuente de preocupación ni el único aspecto que interfiere directamente en el sueño de niños y adolescentes. “La falta de exposición a la luz natural durante el día, el sedentarismo, los horarios irregulares, las cenas copiosas y/o tardías, las actividades extraescolares que terminan muy tarde y, en algunos casos, la ansiedad o el estrés también contribuyen a alterar los ritmos biológicos que regulan el sueño”, argumenta Martínez.

La autora de Alicia y el país de los sueños también remarca su preocupación por la cada vez mayor expansión del mantra de que dormir es una pérdida de tiempo. “Vivimos en una sociedad que premia estar siempre activo y disponible, como si descansar fuera sinónimo de pereza o improductividad”, sostiene. Todo lo contrario. La experta, en ese sentido, recuerda que dormir es hacer “una inversión” en salud a corto, medio y largo plazo: “El sueño no es tiempo perdido, es tiempo de reparación, consolidación de la memoria, regulación emocional y crecimiento”.

Los padres, según la autora, juegan un papel fundamental para cambiar el estigma que rodea al sueño. Martínez reconoce que ve a los progenitores cada vez más preocupados por el descanso de sus hijos, porque estos duerman las horas mínimas recomendadas. Sin embargo, observa, los propios padres van siempre faltos de sueño y no son el mejor ejemplo posible. Como en tantas otras cosas, si el dicho no se acompaña del hecho, sirve de poco, ya que los niños tienden a interiorizar más lo que ven que lo que escuchan. “El sueño, como la alimentación o la higiene, también se educa desde el ejemplo. Si como adultos priorizamos el descanso, establecemos rutinas saludables y cuidamos nuestros hábitos antes de dormir, será más fácil que los niños lo perciban como algo natural y valioso”, añade.

Además del ejemplo, Martínez recomienda una serie de consejos para mejorar el descanso de niños y adolescentes —y también, por supuesto, el de sus padres y madres—. Entre ellos, establecer una rutina diaria regular, evitar las pantallas al menos una hora antes de dormir, promover la actividad física al aire libre por las mañanas o durante el día, crear un ambiente relajado en casa antes de ir a la cama y mantener horarios estables incluso los fines de semana.

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Adrián Cordellat

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jueves, 26 de junio de 2025

Ver porno a edades tempranas distorsiona su imagen del sexo

 * https://elpais.com/mamas-papas/expertos/2025-06-26/luis-miguel-real-psicologo-ver-porno-a-edades-tempranas-distorsiona-su-imagen-del-sexo-es-como-aprender-a-conducir-viendo-fast-furious.html

Adicciones

Luis Miguel Real, psicólogo: “Ver porno a edades tempranas distorsiona su imagen del sexo, es como aprender a conducir viendo ‘Fast & Furious”

El experto en adicciones señala que a veces el consumo de pornografía entre los menores no es solo curiosidad, sino una forma de escapar de la frustración o del aburrimiento. Y aconseja a los padres no montar un drama si pillan a sus hijos viéndolo: “No se trata de soltarles un sermón moralista, sino de abrir una conversación”

Gema Lendoiro

Madrid - 26 JUN 2025 - 05:30 CEST

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Siete de cada 10 adolescentes consumen pornografía de forma regular en España, y el 53,8% de los jóvenes entre 12 y 15 años afirma haber visto pornografía por primera vez entre los 6 y 12 años, según datos de Save the Children. Unos datos que muestran que el consumo de pornografía empieza “demasiado pronto”. Luis Miguel Real (Valencia,33 años), psicólogo, experto en el tratamiento de adicciones y divulgador —cuenta con más de 100.000 seguidores en Instagram— explica que “desgraciadamente, hoy en día es cada vez más habitual (que no deseable) el consumo de porno a edades muy tempranas”.

“Con internet en el móvil desde los 10-12 años, es muy fácil que los chavales se topen con pornografía antes de que entiendan bien lo que están viendo”, añade el también autor del libro La mentira de la fuerza de la voluntad (Editorial Vergara, 2023). El psicólogo sostiene que, en un principio, los adolescentes no van buscándola con morbo adulto, “muchas veces es pura curiosidad o porque un colega en clase les pasa un link”. “Pero ahí se planta la semilla”, añade.

La importancia de decirle a tus hijos que lo hacen muy bien

PREGUNTA. ¿Entonces, es normal que un menor vea porno?

RESPUESTA. Debemos reflexionar sobre cómo accede una niña de 11 años a esos contenidos para adultos, cómo es que tiene acceso tan temprano a internet sin ninguna supervisión de adultos. Es difícil que los niños accedan a esos contenidos sin cierta “colaboración” de sus padres, al darles un smartphone con acceso total a internet sin tener los mecanismos de control parental activados, por ejemplo.

P. ¿Qué impacto genera en su cerebro ver porno a esas edades tan tempranas?

R. Pues mucho, y bastante negativo. Es como aprender a conducir viendo pelis de Fast & Furious. No es que solo te dé una idea distorsionada del sexo, es que te enseña que el sexo es eso: cuerpos imposibles, ritmos mecánicos, cero afecto o vínculo emocional y una narrativa centrada casi totalmente en el placer masculino. El cerebro adolescente todavía está en obras, literalmente, la corteza prefrontal está en proceso de maduración. En esa etapa se consolidan las creencias sobre el mundo, las relaciones, la propia identidad… Si el porno entra ahí como primera clase de “educación sexual”, se asientan ideas muy problemáticas: que el consentimiento es opcional, que las mujeres están para satisfacer (casi siempre tienen un rol de esclavas), que el placer sexual es mera performance.

P. El porno genera una recompensa rápida y fácil. ¿Qué pasa si te acostumbras a obtener placer visual sin esfuerzo, sin conexión, sin esperar nada?

R. Pues que cuando llega el sexo real, con una persona real, tu cerebro dice “meh”. Porque el porno ha subido el listón artificialmente, y ha creado unas expectativas poco o nada realistas. Las relaciones reales parecen aburridas en comparación con el porno, o muy lentas. Además, muchos chavales intentan imitar algunas de las prácticas de riesgo que ven en el porno (azotes, estrangulamiento, sexo anal sin consentimiento) o centrarse totalmente en el placer propio y nada en el de la otra persona). ¿Resultado? Ansiedad, insatisfacción sexual, problemas de erección en chavales de 20 años. Vamos, un cóctel molotov que no se ve venir en el momento, pero explota unos años después.

 El porno pone el foco en la estimulación rápida, intensa, sin necesidad de vínculo.

Isabel Pavia (Getty Images)


P. ¿La adicción al porno genera trastornos?

P. Sí. En primer lugar, se puede dar ansiedad de rendimiento. Si tu cerebro se acostumbra a que el sexo “de verdad” tiene que parecerse al porno, llega el drama: “¿Y si no la pongo a gritar como en ese vídeo?”, “¿y si no me dura lo mismo?”, “¿y si mi cuerpo no es así?”. Ese “¿y sí?” Es gasolina para la ansiedad. Luego puede aparecer también desconexión emocional. El porno pone el foco en la estimulación rápida, intensa, sin necesidad de vínculo. Si te acostumbras a excitarte solo así, luego una caricia, una mirada o un beso te parecen poca cosa. Y eso genera vacío, insatisfacción, desconexión con la pareja… todo eso acaba dejándote mal emocionalmente, y afectando negativamente a tus futuras relaciones. También la culpa y la vergüenza, sobre todo en personas que han crecido en entornos con tabúes o culpa religiosa, sienten que ver porno les hace malas personas. No solo genera ansiedad, también mina la autoestima. Además, para las personas se suelen aislar socialmente, si el porno pasa a ser la principal (o única) vía de gratificación, empiezan a dejar de lado la vida real: citas, relaciones, amigos. Por último, como cualquier conducta que activa el sistema de recompensa, el porno también genera tolerancia. Es decir, cada vez necesitas más estimulación, más contenido, más hardcore para conseguir el mismo subidón. Y si no lo tienes, aparece el craving: esa necesidad urgente, inquietante, como un picor mental. ¿Qué provoca esto? Ansiedad, irritabilidad, insomnio, y un ansia por volver a consumir porno lo antes posible para aliviar momentáneamente el malestar.

P. ¿Qué es lo primero que han de hacer los padres cuando se dan cuenta de que su hijo está enganchado?

R. Lo primero que hay que hacer es no montar un drama. Ni gritar, ni espiarle el móvil, ni bloquearle todo como si fuera un criminal. Eso solo genera más vergüenza, más ocultación y más distancia. Hay que entender que el acceso al porno hoy es fácil, inmediato y, en muchos casos, inevitable. Lo que necesitan no es castigo, es contexto. La clave es hablar, pero de verdad. No con el tono de “esto está fatal”, sino como quien habla de algo que forma parte del mundo real. Algo como: “Oye, el porno está por todas partes y entiendo que tengas curiosidad, pero me gustaría saber qué piensas tú de eso”. No se trata de soltarles un sermón moralista, sino de abrir una conversación. De escuchar más que de juzgar.

P. ¿Cómo hay que explicarles la diferencia entre deseo sexual y lo que vende el porno?

R. Hay que explicarles que una cosa es el deseo sexual (que es normal, sano y forma parte de crecer) y otra muy distinta es el porno, que no es educación sexual. Es una fantasía, como una peli de acción, que distorsiona la realidad y te deja con una idea del sexo que no tiene nada que ver con lo que pasa entre dos personas que se quieren y se respetan.

P. ¿Por qué cree usted que los adolescentes consumen porno?

R. A veces el porno no es solo curiosidad, sino una forma de escapar de la frustración, del aburrimiento o de la inseguridad. Por eso es importante ayudarles a entender lo que sienten y darles herramientas para manejar esas emociones sin tener que esconderse detrás de una pantalla. También hay que poner límites, claro, pero sin convertir la casa en una cárcel. Y sobre todo, darles otras formas de aprender sobre sexualidad: libros, cuentas en redes de sexólogos, conversaciones contigo, aunque incomoden. Van a tener sexo más tarde o más temprano, nos guste o no. Porque si no, todo lo que aprenden lo sacan de Pornhub. Y así nos va.

miércoles, 11 de junio de 2025

Niños con trastornos, no son vagos...

 * https://www.eldiario.es/nidos/psiquiatra-infantil-ninos-neurodivergentes-familias-no-suplir-falta-inversion_1_12323390.html

Elena Benítez, psiquiatra infantil con dos hijos neurodivergentes: “Las familias no podemos suplir la falta de inversión y medios”

A raíz de su experiencia personal y profesional, esta doctora especializada en autismo ha escrito el libro 'Hijos neurodivergentes' (RBA, 2025), una guía para acompañar a las familias tras un diagnóstico de trastorno del neurodesarrollo

— Qué señales nos alertan de que un niño tiene problemas emocionales


La doctora Elena Benítez Cerezo es psiquiatra infantil y juvenil, especializada en Trastornos del Espectro Autista (TEA) y Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Además, es madre de dos hijos neurodivergentes: uno de ellos con TEA, otro con TDAH. Esta doble perspectiva, la profesional y la personal, le aporta una visión integral, que a ella le gusta definir como la de una “agente doble”. Benítez acaba de publicar Hijos neurodivergentes (RBA, 2025), una guía para acompañar a las familias desde el diagnóstico para entender y educar a sus hijos neurodivergentes.

Vago, desobediente o caprichoso: los prejuicios hacia niñas y niños con trastorno de atención e hiperactividad

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El libro comienza explicando esa condición de “agente doble”, de psiquiatra infantil y madre de dos niños neurodivergentes. ¿Qué le aporta la posibilidad de ver a estos niños y niñas desde los dos lados, en la consulta y en casa?

Ser lo que yo llamo una “agente doble”, es decir, madre y profesional de la salud mental, tiene luces y sombras. Respecto a la perspectiva de mi maternidad, aunque el ajuste emocional que supone recibir un diagnóstico para un hijo es similar al de cualquier otra madre, contar con una formación especializada ayuda a comprender mejor los términos clínicos, los informes médicos y las implicaciones de cada diagnóstico. Esa comprensión en mi caso ha podido amortiguar el desconcierto que las familias suelen experimentar. Sin embargo, también en su momento descubrí que debía aprender a separar los dos planos: la médica y la madre. El vínculo afectivo tan profundo que existe con un hijo puede nublar la objetividad clínica. Por eso decidí confiar plenamente en los especialistas que atienden a mis hijos, colegas cuya mirada externa y experiencia valoro muchísimo.

Estamos aprendiendo que, dentro de un manejo profesional y razonable, hablar de nuestras propias vulnerabilidades no nos resta autoridad, sino que puede fortalecer el vínculo terapéutico

¿Y en lo profesional, le ha servido vivir la situación tan de cerca?

No considero que sea imprescindible haber pasado por esta experiencia para ser un buen profesional del neurodesarrollo, pero en mi caso ha transformado profundamente mi forma de ejercer. Durante un tiempo pensé que compartir mi vivencia como madre podía hacerme parecer menos objetiva, menos profesional. Pero cuando finalmente lo hice, me sorprendió comprobar que muchas familias se sentían más cómodas, más dispuestas a abrirse. Sentían que no iba a juzgarlas, que hablábamos desde un lugar de entendimiento mutuo.

¿Qué le hizo decidirse a contar y normalizar su historia?

El germen de este libro surgió de un blog que la Fundación Querer, dedicada a trabajar con niños con necesidades educativas especiales derivadas de sus enfermedades neurológicas, me ofreció escribir. Aquel blog, que llamaron “Mamá peleona”, fue para mí un espacio catártico y terapéutico en el que me volqué emocionalmente en un momento muy complicado del proceso de diagnóstico de mi hijo mayor. Enseguida comencé a recibir un feedback muy potente y emocionante de padres (sobre todo madres) que estaban teniendo experiencias dolorosamente similares con los procesos de sus hijos y se habían sentido reflejadas, vistas y acompañadas al leerme. Son maternidades muy solitarias, en las que nos sentimos muy incomprendidas y perdidas. Y pronto me di cuenta de que si desde mi experiencia como madre podía abrazar a otras en mi situación, y desde mi conocimiento como psiquiatra aclarar dudas que cada día otras familias como la mía me planteaban en la consulta, ¿por qué no iba a hacerlo?

¿Supone esto un cambio de enfoque por parte del personal sanitario?

Creo que somos parte de una nueva generación de médicos que está comenzando a romper un poco esa barrera con los pacientes mostrando nuestra parte humana. Estamos aprendiendo que, dentro de un manejo profesional y razonable, hablar de nuestras propias vulnerabilidades no nos resta autoridad, sino que puede fortalecer el vínculo terapéutico. Además, tenemos una responsabilidad en la lucha contra el estigma que aún rodea a los trastornos mentales y del neurodesarrollo, y qué mejor manera de hacerlo que dar testimonio desde la experiencia personal. Me lancé a ello y tuve la inmensa suerte de que RBA confiara en mí para dar forma al libro.

La discapacidad intelectual y las altas capacidades tienen implicaciones adaptativas y necesidades de apoyo profundamente distintas

Empecemos por lo básico: ¿qué es la neurodivergencia, y cuáles son las condiciones más habituales?

El concepto de “neurodivergencia” no tiene origen en la medicina, sino que proviene de ámbitos como la sociología y la comunicación. Por eso, no existe una definición científica clara ni una clasificación consensuada que delimite con precisión qué condiciones o diagnósticos forman parte de esta categoría. En realidad, es un término de uso informal cuya interpretación varía en función de la fuente. En el libro, yo utilizo este término para referirme a los trastornos del neurodesarrollo tal y como están definidos por el DSM-5, es decir: trastornos de espectro autista, discapacidad intelectual, trastornos del aprendizaje y otros trastornos del desarrollo neurológico.

¿Y qué no son neurodivergencias? ¿Existen realmente etiquetas diagnósticas para las cada vez más habituales altas capacidades o PAS?

Respecto al término “PAS”, Personas Altamente Sensibles, no forma parte de ninguna clasificación médica oficial como el DSM-5 o la CIE-11, y carece de reconocimiento clínico dentro de la medicina basada en la evidencia. Aunque se ha popularizado en contextos comunicativos como las redes sociales y en algunos enfoques de la psicología no clínica, no existe suficiente respaldo científico que lo avale como entidad diagnóstica válida o consistente. Y acerca de las altas capacidades, se trata de un diagnóstico neuropsicológico y psicopedagógico más que psiquiátrico; aunque sabemos que es frecuente que las personas con altas capacidades tengan también comorbilidades con trastornos del neurodesarrollo (lo que se conoce como “doble excepcionalidad”) y es en esas comorbilidades en las que intervenimos a veces los psiquiatras.

¿Qué le parece que a veces se equiparen o comparen esos distintos tipos de diagnósticos?

Es importante no perder de vista que la discapacidad intelectual y las altas capacidades tienen implicaciones adaptativas y necesidades de apoyo profundamente distintas. La discapacidad intelectual suele conllevar barreras significativas para la autonomía y la inclusión social, mientras que, en el caso de las altas capacidades, si se identifican y acompañan adecuadamente, pueden representar una ventaja adaptativa. Equiparar ambas realidades sin matices puede invisibilizar las dificultades reales que enfrentan las personas con discapacidad intelectual, y desdibujar la necesidad de apoyos diferenciados y específicos.

La ayuda mutua es fundamental; encontrar referentes en otras familias con situaciones parecidas con quienes compartir, desahogarte o incluso reírte puede ser un salvavidas

En el libro se centra sobre todo en TEA y TDAH, los diagnósticos que tienen sus dos hijos. ¿En qué consisten?

Ambos son trastornos del neurodesarrollo que se manifiestan desde etapas iniciales de la infancia y cuyos síntomas causan dificultades importantes en la capacidad funcional del niño. Es complicado resumirlos en un espacio limitado, pero a grandes rasgos, en el caso del TDAH los síntomas se agrupan en tres grandes bloques: las dificultades en la atención, la hiperactividad y la impulsividad (estos dos últimos se suelen presentar juntos). En función de cómo se combinen estos “bloques” hablamos de distintos subtipos. En cuanto al TEA, el diagnóstico se basa en dos áreas principales: por una parte, las dificultades persistentes en la comunicación y la interacción social; y por otra, la presencia de patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades. Estas áreas pueden estar afectadas de modo muy variable y heterogéneo en cada persona, por eso hablamos de “espectro” autista, porque hay una gradación muy amplia.

¿Cómo es para una familia afrontar el diagnóstico de un hijo o hija neurodivergente? ¿Qué consejos básicos les dan para vivir esos primeros momentos?

Los momentos iniciales, cuando sabemos que hay un problema, pero aún no tenemos un diagnóstico o este es incierto, suelen ser los más duros. Pero desde ese momento se abre un camino que está plagado de desafíos, y la experiencia de cada familia es única. En el libro he querido abordar de forma específica el proceso de adaptación emocional que transitan los padres, porque creo que es un aspecto al que no se presta suficiente atención. El libro no pretende desvelar el secreto de “cómo llevar esto bien”, porque yo misma no lo sé, sigo equivocándome y aprendiendo día a día. Pero de lo poco que tengo certeza es de que la ayuda mutua es fundamental; que encontrar referentes en otras familias con situaciones parecidas con quienes compartir, desahogarte o incluso reírte puede ser un salvavidas. Por eso he intentado que la información, el acompañamiento emocional y el sentido del humor sean los ejes vertebradores de mi libro. Y también es clave aprender a confiar: en los profesionales, en nuestra capacidad como madres (sobre todo en los días duros) y, por supuesto, en nuestros hijos. El neurodesarrollo también hace su trabajo, pero necesita tiempo y paciencia.

A menudo subestimamos a los niños y pensamos que no van a entender, o que si les decimos que tienen un diagnóstico vamos a excluirles o a hacerles sentir diferentes

Y para los niños y niñas, ¿cómo son estos procesos? ¿Debemos explicarles lo que les pasa desde el principio?

Sin duda alguna. A menudo subestimamos a los niños y pensamos que no van a entender, o que si les decimos que tienen un diagnóstico vamos a excluirles o a hacerles sentir diferentes. De modo que con frecuencia les llevamos en un peregrinar de médicos y terapias cada semana sin explicarles por qué van a esos sitios. Pero los niños tarde o temprano se dan cuenta de que son diferentes a los demás, y no hablarles de esa realidad (o peor, negársela) únicamente les transmite que ese algo de lo que no hablamos es vergonzante, que hay algo de ellos mismos que deben ocultar. Con los niños hay que hablar de todo, únicamente adaptándoles la información a su etapa evolutiva, con un lenguaje sencillo, dándoles la información que nos vayan pidiendo y transmitiéndoles siempre que estamos disponibles para ellos, tanto emocionalmente como para que nos pregunten todo lo que necesiten saber.

¿Y hay que hacerles partícipes de su tratamiento?

Sí. Es inaudito que tengamos niños que toman a diario una medicación que no saben para qué sirve, o que vayan tres veces a la semana a unas terapias que nadie les ha explicado en qué consisten. Ellos tienen que ser parte activa de su propio tratamiento.

¿Cómo dotarles de herramientas para sobrevivir a nivel social, laboral, incluso económico en la sociedad actual, tan capacitista?

¡Ojalá tuviera la respuesta a esa pregunta! Como todos los padres, quienes tenemos hijos con discapacidad también intentamos que nuestros hijos estén lo más preparados para la vida que sea posible, pero creo que no es justo cargar sobre las espaldas de las familias unas responsabilidades que deberían estar en manos de las administraciones públicas. Los padres hacemos lo que podemos, muchas veces en contra de un sistema perverso que, por una parte, emite titulares grandilocuentes sobre medidas de inclusión, pero por otra impone unos procedimientos administrativos tan complicados que no están al alcance de la mayoría de las familias. La burocracia necesaria para conseguir reconocimientos de discapacidad o dependencia, que son el derecho de nuestros hijos, es tan difícil de tramitar que genera desigualdades. Para muchas familias, las prestaciones económicas y de asistencia llegan tarde y mal; en los centros escolares no hay recursos humanos suficientes para garantizar una inclusión real del alumnado con necesidades especiales, y la mayoría de programas de inserción laboral los promueven asociaciones y fundaciones constituidas por familiares.

Cómo se sentirían si cada día de su vida, como nos pasa a los padres de estos niños, se preguntaran eso de: “¿Qué será de mi hijo cuando yo no esté, podrá sobrevivir por sí mismo?”

¿Sienten un cierto desamparo o abandono institucional las familias de niños y niñas neurodivergentes?

Sí, y podría poner ejemplos de esto hasta el infinito. Las familias no podemos suplir la falta de inversión y medios. Creo que esta pregunta habría que hacérsela a nuestros gobernantes, mirándoles a los ojos y preguntándoles cómo se sentirían si cada día de su vida, como nos pasa a los padres de estos niños, se preguntaran eso de: “¿Qué será de mi hijo cuando yo no esté, podrá sobrevivir por sí mismo?”. Eso es muy duro. Y las administraciones, sean del color político que sean, nos han abandonado, a las familias y a las personas con discapacidades derivadas de trastornos neurológicos.

La terminología importa: ¿por qué habla de neurodivergencia y de condición, y evita otros términos?

Creo que cada vez nos preocupa más resultar inclusivos, y esto es sin duda un avance social. Pero tengo la sensación —especialmente en el ámbito de las redes sociales y de la política— de que vivimos en la batalla de lo superficial. Los trastornos del neurodesarrollo ya están bien definidos en la medicina, con terminología técnica y precisa que se encuentra en las clasificaciones internacionales. Sin embargo, algunos argumentan que palabras como “trastorno” o “discapacidad” pueden ser estigmatizantes. En mi opinión, el problema no radica en la palabra en sí, sino en el uso peyorativo que algunas personas hacen de ellas. Es fácil caer en la tentación de usar términos como “capacidades diversas” para evitar el malestar que nos causan ciertas realidades, pero estos son términos demasiado generales que pueden aplicarse a cualquiera, ya que todos tenemos diferentes habilidades y una combinación única de capacidades neurológicas.

¿Utilizar eufemismos puede tapar realidades duras?

Qué señales nos alertan de que un niño tiene problemas emocionales

Lo cierto es que las personas con discapacidades derivadas de trastornos del neurodesarrollo enfrentan obstáculos inimaginables para la mayoría de nosotros; y no es justo que no se ponga de relieve que el mundo es mucho más complicado, injusto y hostil para ellas incluyéndonos a todos bajo “términos paraguas” en los que sus dificultades quedan borradas. Para garantizar que estas personas tengan las mismas oportunidades se requiere una forma honesta de nombrar la realidad, pero también hace falta un cambio social, voluntad política e inversión en los recursos que hagan de esa inclusión una realidad.

jueves, 5 de junio de 2025

Educando en la diversidad

 * https://www.eldiario.es/cultura/abril-zamora-persona-reciba-premio-da-mensaje-importante-quieras-trae-recompensa_1_12355387.html



Abril Zamora: “Que una persona como yo reciba este premio da un mensaje importante: ser quien quieras ser trae recompensa”

La actriz, galardonada con el premio Taules del sindicato de actores valencianos AAPV, dedica el reconocimiento “a todos los padres y a todas las madres que educan a sus hijos, hijas e hijes en la libertad”

— Abril Zamora: “Que el personaje sea trans no es importante, que yo sea una showrunner trans sí”

La actriz Abril Zamora recibió este lunes el Premio Taules en la gala de la Associació d'Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV), en una ceremonia plagada de reivindicaciones –incluido el grito de “Mazón dimisión”– que la artista tampoco dejó escapar. Empezando por criticar la “censura de la tele pública”, después de que la televisión valenciana À Punt se negara a retransmitir la gala del sindicato de actores y actrices, pese a haberlo hecho en todas sus ediciones anteriores. La entrega de premios se celebró en el Teatre Principal de Valencia y, ante el 'apagón' de la tele valenciana, se transmitió en el canal de Youtube del medio especializado Kinótico.

“Al censurar esta gala en la tele pública, están privando a las nuevas generaciones del mensaje importante de que una persona como yo reciba un premio como este, que simboliza cosas como que ser quien quieras ser es algo natural y maravilloso, y trae todo tipo de recompensas”, dijo Abril Zamora al subirse al escenario. “Aunque no paramos de leer noticias terribles sobre agresiones y sobre pérdidas de derechos, hay mucha gente que apoya y defiende el derecho a ser y a existir. Este premio tiene mucho de declaración de intenciones y me enorgullece muchísimo pertenecer a un gremio que no solo celebra la diversidad, sino que la premia”, prosiguió.

La directora de 'Todo lo otro' dedicó el premio “a todos los padres y a todas las madres que educan a sus hijos, hijas e hijes en la libertad”. “No soy madre, pero en un momento me di cuenta de lo importante de llenar estos espacios para que las niñas, niños y niñes trans pudieran verse reflejados. Es importante ver todo tipo de realidades para descubrir la tuya propia”, explicó.

Zamora defendió que “la ficción, el teatro y el audiovisual deberían ser una ventana para mostrar estas realidades”. “Nuestra asignatura pendiente es tener una ficción más inclusiva donde veamos tallas diferentes, etnias diferentes, personas con discapacidad totalmente alejadas de estereotipos”, reivindicó, ante los aplausos del público.

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Desde Estados Unidos, contra el relato oficial

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“Solo tenemos una vida y es una pena desperdiciarla”

“He visto a muchísima gente joven aquí y es maravilloso. Una de las cosas que me hubiera gustado que me dijeran es que vais a trabajar 40 horas de camarera, de dependienta, de un montón de cosas. Vais a llegar a casa super quemados y quemadas, no vais a tener coño para hacer videobook, currículum y todo eso. Pero no perdáis de vista el objetivo, porque solo tenemos una vida y es una pena desperdiciarla haciendo algo que no nos guste”, exclamó la actriz. “Por último, quiero dedicárselo a mi yo de 8 años, que estaría superfeliz cogiendo un premio como este vestida con un vestido como este”, concluyó Abril Zamora, entre aplausos y ovaciones.

Abril Zamora: “Que el personaje sea trans no es importante, que yo sea una showrunner trans sí”

Abril Zamora: "Que el personaje sea trans no es importante, que yo sea una showrunner trans sí"

El premio Taules “reconoce a una persona o entidad de fuera de Valencia cuyo trabajo se considere relevante e importante por la visibilidad tanto a nivel artístico como social”, según las palabras de la presidenta de la Associació d'Actors i Actrius Professionals Valencians, María Almudéver. La AAPV ha destacado de la galardonada de esta edición “su valentía al visibilizar la realidad del colectivo trans y su enorme impacto como figura pública”.

lunes, 10 de marzo de 2025

Neurólogos advierten de las consecuencias de las redes sociales

 * https://andaluciainforma.eldiario.es/actualidad/neurologos-advierten-asi-afectan-las-redes-sociales-al-cerebro-de-tus-hijos/

Neurólogos advierten: así afectan las redes sociales al cerebro de tus hijos

Neurólogos y expertos advierten que el uso excesivo de las redes sociales en los menores, está deparando en graves consecuencias cerebrales.


En el año 2010, se dio paso a la Generación Alfa: los nacidos a partir de esa fecha, asumen las redes sociales como un aspecto totalmente natural. Incluso, puede llegar a tener más relevancia sus avatares virtuales que la presencialidad. Y tienen sus motivos, ya que todos ellos han nacido, literalmente amparados por las nuevas tecnologías. Desde antes de tener uso de razón, se han criado con una pantalla digital. No obstante, los neurólogos han lanzado una advertencia, cuanto menos, preocupante:

El uso de las redes sociales tiene consecuencias cerebrales
La Sociedad Española de Neurología ha remarcado las consecuencias nefastas que puede tener el abuso de las redes sociales. El doctor David Ezpeleta, vicepresidente y responsable del Área de Neurotecnología ha explicado sus efectos en la salud cerebral de tus hijos. 

El neurólogo ha explicado que se producen “cambios en el neurodesarrollo de regiones y redes cerebrales relacionadas con los afectos, la motivación o en el sistema de recompensa cerebral, e incluso pérdida de sustancia blanca en las áreas que sustentan el lenguaje y la alfabetización emergente”. 

Ciertamente, la situación actual es más que preocupante, ya que hay estudios que avalan que el uso excesivo de Internet está asociado con una reducción de la materia gris de las regiones prefrontales del cerebro. Estas son las encargadas de la toma de decisiones, control de impulsos y atención y memoria.

El doomscrolling, uno de los mayores peligros en el uso de redes sociales

Una de las prácticas más adictivas y con peores consecuencias en el uso de las redes sociales es el denominado doomscrolling. Se trata de un fenómeno reciente que consiste en ir constantemente de vídeo en vídeo o de noticia en noticia en las redes sociales, generalmente de tintes negativos y alarmistas. 

Finalmente, la persona que hace doomscrolling no queda saciada, y sigue buscando más, generándosele una sensación de ansiedad e incertidumbre. El doomscrolling se hizo especialmente popular durante la pandemia y ya ha alarmado al Parlamento Europeo, que pidió en su día que se investiguen los riesgos derivados. 

Los expertos ya advierten que el doomscrolling, además de tener consecuencias cerebrales, puede provocar insomnio y reducción de la empatía. Eso último se debe a que, el bombardearse de información negativa puede insensibilizar a los niños ante la violencia. Algunas formas de controlar el doomscrolling en tu hijo cuando esté en las redes sociales, son:

Fijarles un límite de tiempo para su uso.

Controlar las cuentas que sigue o con las que interactúa.

Desactivarle las notificaciones.

Las redes sociales son un elemento más de la vida moderna, especialmente de las generaciones más jóvenes y, si bien pueden establecer una interesante red de contacto, no hay que obviar que el abuso de estas puede derivar en consecuencias que afecten incluso, al cerebro, por lo que es recomendable capacitar a los menores para que hagan un uso responsable. Para seguir leyendo estas noticias, no dejes de visitar nuestra sección de actualidad.

viernes, 7 de marzo de 2025

Comportamiento humano

 * https://www.cuerpomente.com/psicologia/david-bueno-biologo-experto-comportamiento-humano-ninos-suben-arboles-tienen-mayor-control-emocional-adolescencia-gestionan-mejor-ansiedad_15121?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=trafico

David Bueno, biólogo y experto en comportamiento humano: "Los niños que se suben a los árboles tienen mayor control emocional en la adolescencia y gestionan mejor la ansiedad"

El biólogo y divulgador David Bueno nos invita a descubrir el papel esencial del arte en nuestra evolución y bienestar. En su nuevo libro, 'El arte de ser humanos', explora cómo la creatividad, la educación y la neurociencia están conectadas, y nos ofrece claves para recuperar la atención, la empatía y el asombro en un mundo acelerado.


¿Te has preguntado alguna vez porque te emocionas al ver una película, escuchar una canción o mirar un cuadro? El arte conecta con el ser humano a un nivel instintivo, casi primitivo, como explica David Bueno, neurocientífico y doctor en biología, en su nuevo libro El arte de ser humanos (Destino).

Bueno lleva años explorando la relación entre la neurociencia y nuestra forma de aprender, de emocionarnos y de convivir. En este nuevo libro, nos invita a mirar la creatividad desde una perspectiva innovadora: como una herramienta que ha moldeado nuestra evolución y que sigue siendo clave para nuestro bienestar.

En esa entrevista, conversamos sobre la importancia del arte en la educación, el impacto de la tecnología en nuestra atención y cómo recuperar la capacidad de asombro en un mundo cada vez más acelerado. Porque el arte no es solo algo que admiramos en los museos, es una forma de entender el mundo que nos confiere la capacidad de transformarlo.

Aprendiendo a enseñar

- ¿Cómo podemos integrar de mejor forma el arte en el sistema educativo?

-En estos momentos, el currículum educativo, con pequeñas variaciones según la Comunidad Autónoma, reserva un 10% de las horas de primaria para educación artística. Es mucho menos de lo que había en la Antigüedad, que dedicaban más de la mitad de la enseñanza a las artes. Ahora, ¿significa esto que la mitad de las horas deberían ser de arte? No hace falta. Es más fácil de lo que parece. Se trata de ir añadiendo pequeños toques artísticos al resto de aprendizajes.

Hay que aprender a sumar, restar, multiplicar y dividir, hay que aprender a leer y escribir, hay que aprender ciencias, claro que sí. Pero si cuando estamos estudiando la multiplicación y la división en los últimos cursos de primaria, le pregunto a los niños: "¿Qué melodía te sugiere una multiplicación? ¿Y una división?", podrían tocarla con algún instrumento, como la flauta o percusión. No es que se aprenda más de esta forma, pero sí que el cerebro de estos niños y niñas relaciona lo que están aprendiendo de forma racional con aspectos mucho más emocionales y vivenciales.

La plancha de pilates pared que aplana el abdomen y estiliza la espalda

Susana Pacheco, entrenadora

- ¿Qué otros cambios podemos aplicar a nuestro sistema educativo gracias a lo que sabemos de neurociencia?

-Un aspecto que considero muy importante es que los alumnos se conozcan a sí mismos, no solo en aspectos cognitivos—que también—a partir de reflexiones, debates, analizando su día a día de forma consciente, sino también en aspectos físicos. Nuestra mente está dentro de un cuerpo, están juntos. Nos encontramos con chicos y chicas que, cuando llegan a la adolescencia, tienen problemas de autoimagen, de autoestima, de autopercepción, porque no han trabajado su cuerpo a través del deporte, la psicomotricidad, el baile… Hay muchas maneras diferentes de vivirlo. A veces los aislamos tanto del exterior, creyendo que así están más seguros, que no les dejamos conocer su cuerpo.

Hay un trabajo que se hizo en Nueva Zelanda en el que se demostró que a los adolescentes que, cuando eran niños, sus padres les dejaban encaramarse a los árboles, tenían un mayor control emocional durante la adolescencia. Les era más fácil gestionar la ansiedad y el estrés, y eran capaces de valorar mejor los riesgos asociados a nuevos retos para asumirlos con conocimiento. Simplemente porque lo habían ensayado cuando eran niños. Porque al final, es su cuerpo. Están encaramándose a un árbol, necesitan pensar, pero también necesitan conocer sus limitaciones y ver cómo van progresando.

Cómo estimular el pensamiento crítico en niños y jóvenes

- ¿Cuál es el mayor error que estamos cometiendo al educar a las nuevas generaciones?

-Uno es este tema, el de la sobreprotección, que ya lo hemos comentado. Otro es justamente lo opuesto—que a veces, además, se da al mismo tiempo—que es la sensación de poco apoyo emocional. Cuando en una familia estamos cenando juntos y cada uno está con su aparato tecnológico, sin mirarnos a la cara, sin dirigirnos la palabra, la sensación de esos niños y niñas es de abandono emocional. No sienten que están siendo tenidos en cuenta.

Y, al mismo tiempo, hay sobreprotección: "Que no sufran, que no se hagan daño". Hombre, por supuesto que hay que evitar grandes daños. Pero también digo, a veces, cuando vemos que un niño se acerca a una zarza con pinchos, dejemos que se pinche. No le lancemos sobre la zarza, no es la idea, ¿vale? Pero si no hay ninguna contraindicación médica, el niño debe saber qué significa el dolor. Porque en la vida hay dolor también.

Y debe saber que cuando hay dolor, hay personas a su alrededor que le ayudarán, que puede confiar en los demás. Porque si no, nos encontramos con adolescentes que se hunden ante la frustración. Porque no han aprendido que hay momentos de dolor físico y mental, que el cerebro los procesa de la misma manera.

La era de las pantallas

- Vivimos en un contexto social muy acelerado, de inmediatez y multitarea. ¿Cómo está afectando esto a nuestro cerebro?

-Nos está haciendo más impulsivos. Tenemos menos capacidad de retrasar la gratificación. Si algo que estamos viendo no nos gusta, pasamos de inmediato a otra cosa. Si queremos comprar algo y no está en la tienda, lo pedimos online y nos llega mañana. Esto nos hace menos pacientes. Y, además, está haciendo que baje nuestra capacidad de atención.

La atención consciente es un recurso muy limitado para el cerebro. Si tenemos que dividirla entre muchas cosas, se agota rápidamente. Con la tecnología digital podemos tener 20 páginas abiertas, pasando de unas a otras, con el móvil al lado por si alguien nos manda un WhatsApp. Eso hace que el cerebro se agote mucho. Al final, no sabemos ni dónde tenemos las cosas que estábamos buscando.

Y eso hace que nuestra capacidad de atención disminuya. Por ejemplo, hace unos años, cuando iba a dar una conferencia, me pedían que hiciera una pequeña grabación para promocionarla en redes sociales. Hace cinco años me decían: "Que sea máximo de un minuto y medio, que no pase de dos minutos". Este último año, me han dicho: "Que no pase de 45 segundos, porque después la gente deja de mirarlo".



viernes, 31 de enero de 2025

Educación ambiental en las escuelas

 * https://www.eldiario.es/edcreativo/reciclandoadiario/educacion-medioambiental-proyecto-futuro-salud-ecosistemas_1_12002384.html

La educación medioambiental, un proyecto de futuro para la salud de los ecosistemas

El futuro del planeta pasa porque los alumnos de hoy en día estén dotados de una correcta educación medioambiental


Azahara García

30 de enero de 2025 05:00 h 0

El 26 de enero se celebró el Día Mundial de la Educación Ambiental que busca, según la Carta de Belgrado, en la que se plasman sus reivindicaciones fundamentales, “formar una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y con los problemas asociados, y que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos”. En el marco de este día, Naturaliza, el proyecto de Ecoembes sobre educación ambiental en colegios, lanza por quinto año consecutivo la Semana Redonda. 

Esta semana de actividades relacionadas con la educación ambiental, no solo es la ocasión perfecta para reconocer la labor desempeñada por la comunidad educativa para inculcar a los más pequeños valores como el respeto por el entorno natural y el amor por la naturaleza, también se trata de extender esta concienciación a las familias y a la ciudadanía. En este sentido, Naturaliza propone una serie de actividades y recursos educativos gratuitos para que durante la semana el medioambiente entre en las aulas de una forma activa, fomentando la participación y el pensamiento crítico entre los alumnos. 

“Este año hemos centrado la Semana Redonda en la importancia de mantener un medio ambiente sano y reflexionar sobre cómo nuestras acciones influyen en la salud de los ecosistemas”, explica Helena Astorga, portavoz de Naturaliza. “Las actividades que hemos propuesto tratan de relacionar cómo el ser humano influye en la salud del medioambiente y cómo esa salud de los ecosistemas puede, a su vez, influir en la salud del ser humano, tanto a nivel físico como a nivel mental”, concluye Astorga. 

Algunas de estas actividades tienen que ver con preparar un botiquín con todos los remedios para contribuir a mejorar la salud del planeta, un juego interactivo para descubrir cómo nuestras decisiones pueden marcar la diferencia u otro en el que se invita a los alumnos a convertirse en profesionales de la salud para realizar un chequeo exhaustivo del estado del planeta. “Este año la primera actividad es una yincana que se basa en los cinco sentidos y luego, como colofón, vamos a confeccionar un mural en el que pondremos remedio a los problemas medioambientales con pequeñas pautas, como ir andando al colegio, cierra el grifo cuando te laves las manos…”, cuenta Rocío Merlos, profesora del CEIP San Juan de la Cruz (Baeza), que lleva varios años formando parte de la red de docentes Naturaliza. 

Inculcar el respeto por la naturaleza 

Merlos, que reconoce entre risas que sus compañeros la llaman Ecomerlos por su historial de compromiso con el medio ambiente, señala que la importancia de estas actividades va mucho más allá de lo impartido en las aulas. “Somos ecoescuelas, llevamos una serie de años desarrollando también este proyecto y se nota en el día a día, son pequeñas actuaciones que ellos también trasladan a las familias”, explica. Su labor como profesora de Naturaliza comenzó en 2020 y lo recomienda activamente. “El material está muy bien trabajado, es muy bueno, muy colorido, les llama mucho la atención [a los alumnos] y siempre están dispuestos a trabajar estas actividades”, apunta. 

Este proyecto está destinado a docentes de educación infantil, especial y primaria que quieran incorporar la educación ambiental de manera transversal en sus clases. “No se trata de hablar días puntuales sobre el medio ambiente, sino que estos conceptos y estas problemáticas ambientales se puedan incorporar transversalmente en su día a día en el aula. Por ejemplo, si están en clase de Matemáticas, pues en vez de estar haciendo las operaciones clásicas con un problema, pueden introducir conceptos ambientales a través del cálculo, por ejemplo, del ahorro energético o del agua que se ahorra si nos duchamos en vez de bañarnos”, señala Astorga. Por ello, los profesores que quieran apuntarse a este proyecto reciben un pequeño curso online y a partir de ese momento se les proporciona una serie de propuestas didácticas, totalmente estructuradas y temporalizadas, para que ellos puedan incorporarlas directamente en el aula. 

Esta iniciativa, que considera como esencial la figura del maestro para despertar la conciencia ambiental entre sus alumnos, cuenta con seguimiento en toda España y en todas las comunidades autónomas. “A cierre del curso 23-24 teníamos en la red Naturaliza más de 2.700 docentes, de unos 1.700 centros educativos. En lo que llevamos de curso escolar, entre septiembre del 24 hasta ahora, a estos 2.700 se han incorporado 400 docentes nuevos”, expone Astorga. Un importante salto para hacer de la educación medioambiental una cuestión del día a día en las aulas.