Dedicado a tod@s l@s niñ@s del mundo

El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender (Montaigne)

sábado, 27 de mayo de 2017

¡Odio leer, odio escribir!

https://aacclarebeliondeltalento.com/2017/05/27/odio-leer-odio-escribir/


Los niños viso-espaciales (VSL) aprenden a leer de una forma totalmente diferente al modo en que las escuelas enseñan a leer tradicionalmente. Y el tiempo que requieren es impredectible. En nuestras investigaciones hemos podido distinguir dos patrones de comportamiento en el aprendizaje de la lectura de los niños viso-espaciales (VSL) :
  • Lectores tempranos que aprenden de forma autónoma antes de que en su escuela se enseñe a leer
  • Lectores tardíos que tienen problemas para reconocer la letra escrita y aprender a leer de forma fluida más tarde que el resto de sus compañeros.
Raramente encontraremos niños VSL que hayan aprendido a leer al tiempo que el resto de alumnos de su misma edad.
DISGRAFÍA O UNA GRAFÍA MUY POBRE.
La siguiente lista contiene los signos de lo que los educadores conocen como disgrafía, un problema de escritura más frecuente en los hombres que en las mujeres. Si un alumno cumple al menos la mitad de este listado, necesita terapia y adaptaciones en el aula.
  • Su postura al escribir es rara, se retuerce.
  • Sujeta el lápiz de forma extraña o inusual.
  • Se puede observar tensión en su mano, en su brazo, en las cejas fruncidas.
  • Le lleva más tiempo que a los demás acabar de escribir una frase.
  • Se cansa rápidamente y quiere dejarlo.
  • Separa las letras de forma inusual (demasiado cerca, demasiado lejos, sin espacio entre palabras, etc..)
  • Forma las letras de un modo extraño (empieza algunas desde arriba, otras desde abajo, etc..)
  • Mezcla letras mayúsculas y minúsculas.
  • Mezcla letra normal y cursiva
  • Sus letras cursivas están desconectadas.
  • Prefiere la letra manuscrita a la cursiva
  • Su escritura no es fluida
  • Después de los 7 años, sigue confundiendo las letras.
  • Su escritura es ilegible
  • Su ortografía es mala
  • Evita escribir palabras que no conoce
  • Olvida escribir el final de algunas palabras.
  • Confunde el singular con el plural
  • Confunde algunas palabras parecidas (el / ello)
  • Omite la escritura de algunos sonidos suaves, las s al final de las letras, etc..
  • Su fonética es confusa.

La escuela de hoy idea diversas adaptaciones y refuerzos para todos aquellos niños que no cumplen los objetivos establecidos en el plazo establecido, para forzarles a hacerlo, a converger, a llegar.
  • No se tiene en cuenta su fecha de nacimiento, pues aún compartiendo el mismo curso pueden haber grandes diferencias de desarrollo entre un niño nacido en enero y otro nacido en diciembre.
  • No se tiene en cuenta su estilo de aprendizaje, todo lo que estamos compartiendo sobre cómo aprenden los niños viso-espaciales reflejan la frustración que les estamos generando y cómo la experiencia en la escuela les provoca una baja autoestima que nada tiene que ver con el gran potencial que encierran.
  • No se tienen en cuenta sus intereses, pues no sólo toca aprender a leer todos al mismo tiempo y del mismo modo, sino hacerlo todos con el mismo texto.
Nuestra responsabilidad como padres, educadores, maestros, escuela, sistema, no es adaptar a los niños para que podamos manejarlos a todos por igual como si fueran un rebaño de ovejas, sino aprender sobre sus ritmos, estilos, intereses, y sobre todas las herramientas que estan a nuestro alcance para permitirles crecer y desarrollarse a su modo.
Hemos sido testigos de escuelas “punteras en metodologías y recursos” que plantean a su alumnado horribles aplicaciones informáticas que propone ejercicios y más ejercicios repetitivos de sumas, multiplicaciones o de lengua, marcando con una liebre o con una tortuga al niño/a en función del tiempo que utiliza. Hemos sido testigos de “rincones de ampliación” que consistian en una competición de cálculo matemático contra el ordenador. De programas de enriquecimiento que establecen competiciones de cálculo, de respuesta verbal o de “destreza creativa” contra reloj, entrenando a los niños a contestar más y más rápido.
Todos somos testigos en fin de cuán desvirtuados estan los objetivos de la educación, pues importa más la rápida respuesta memorística que la lenta reflexión o la profunda observación, la impronta creativa o la capacidad de añadir valor a lo aprendido. Las evaluaciones, los estándadares y los requisitos burocráticos exigidos se focalizan en convertir a los niños en mejores “máquinas de contestar”, obviando que esta “virtud” de nada le servirá en su vida profesional futura.
Pero padres y educadores somos complices de esta traición a los derechos de desarrollo del niño cuando participamos de esta competición y nos nos rebelamos contra ella. En la era digital en la que nos encontramos, ningún entrenamiento será capaz de convertir a un ser humano en una máquina mental tan veloz como la de un robot. Pero si podemos ser más profundos y más creativos.
el principito

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