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El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender (Montaigne)

martes, 25 de febrero de 2020

Algunas causas del Fracaso Escolar

https://www.demicasaalmundo.com/blog/los-requisitos-de-aprendizaje-basicos-que-no-se-respetan-y-que-son-la-causa-del-fracaso-escolar/?fbclid=IwAR2lnEi6asgulvyHA9ZItT3aW-dO5YV1ZiEKaB6Wyl9tA1cVxuQ2S99z-8k

Los requisitos de aprendizaje básicos que no se respetan y que son la causa del fracaso escolar

Ya seas madre, maestra/o o docente, si acompañas niños/as en edad escolar, es probable que alguna vez te hayas planteado estas cuestiones:

¿Cómo saber si está preparado/a para la lectoescritura y las matemáticas?
¿Cómo ayudarle a estar preparado/a?
¿Cómo  prevenir los problemas de aprendizaje?
¿Cómo tratar los problemas de aprendizaje cuando ya se están detectando?
La respuesta es sencilla, respetando las bases de aprendizaje previas y necesarias.



La neurociencia ya ha sido muy clara con esto.

Solo cuando los niños/as  han adquirido unos pre-requisitos de maduración suficientes es cuando pueden aprender a leer y a escribir y realizar otros aprendizajes importantes.

Además si respetamos estos aspectos y los reforzamos, prácticamente serán capaces de lograr todos esos aprendizajes (leer y escribir, operar con números…) por sí mismos. ¡No necesitarán apenas nada y lo harán a una gran velocidad! Y eso es lo esperable.

¿Y cuáles son esos pre-requisitos?
Por una parte hay toda una serie de factores físicos y de desarrollo corporal que son importantísimos conocer, respetar y estimular:

Motricidad fina
Coordinación visomotora
Orientación espacial
Lateralidad y dominancia definida
Superación de reflejos primitivos…
Y por otra parte, requisitos emocionales y cognitivos: autoestima, autoconfianza, concentración, atención, capacidad de generar imágenes internas,…



Pero la realidad es que estas bases de aprendizaje tan importantes no se respetan en muchos casos, porque no se conocen.

Año tras año observo cómo en muchas aulas se les exige a los niños/as pequeños que aprendan la lectoescritura y las operaciones aritméticas cuanto antes.

¿En cuántas aulas de 3 años habré visto que ya se les empieza a requerir que reconozcan las letras de su nombre escrito y que aprendan a deletrear sus sonidos?
Y claro luego llegan a primero de primaria, y se les exige como mínimo lectura comprensiva y escritura analítica, y entonces empiezan a llegar los problemas, las dificultades de aprendizaje y los dictámenes con diagnósticos que ya todos conocemos hoy en día (déficit de atención, hiperactividad, dislexia,…).

Pero muchas veces cuando le comento a la maestra o educadora: “¿Pero te has fijado que este niño/a no es capaz todavía de cruzar la línea media? ¿O has visto que cuando escribe, hace mucha fuerza con el lápiz, o a veces levanta un brazo sin darse cuenta?”

Entonces les hablo de la lateralidad, de los reflejos primitivos retenidos,… que son aspectos que podemos trabajar y mejorar antes de insistir en que lean o escriban más fichas de refuerzo, y me miran con una cara de asombro como diciendo ¿pero qué me estás contando? ¡Yo no sabía nada de esto!

Christopher Clouder explica el por qué sucede esto muy bien en la entrevista que preparamos antes de Navidad (y que muy pronto publicaré porque ya tenemos los subtítulos traducidos), pero es una realidad aplastante,  la mayoría de docentes sabemos mucho de didáctica pero fallamos en lo fundamental, en conocer bien el desarrollo infantil y en cómo respetar las bases del aprendizaje que son necesarias para el éxito escolar.

¡Y esto es imprescindible!



Porque si exigimos a nuestros niños/as aprendizajes cognitivos antes de que estén verdaderamente preparados para ello, sin tener en cuenta sus procesos de desarrollo,  lo único que hacemos es fomentar el fracaso escolar de nuestros niños/as, y de todo el sistema educativo.

Aprender antes no significa que sea mejor, todo lo contrario
Además, está más que contrastado que aprender a leer y escribir a una edad temprana (algunos con 4 años)  no correlaciona en ningún caso con ser más tarde lectores más competentes o conseguir mejores resultados académicos. Un ejemplo similar para entender el por qué podría ser el de caminar; aunque haya niños/as que caminen a los 9 meses, no significa que después de mayores caminen mejor que los que empezaron a dar sus primeros pasos a los 17 meses.

Cuando introducimos los aprendizajes intelectuales y cognitivos a muy temprana edad (¡este año estoy viendo cómo se les exigen conocimientos matemáticos a niños de 2 años!) en muchísimos casos lo que sucede es que los niños/as se desmotivan, se frustran, se sienten incapaces…

Algunos no quieren ir al colegio (la fobia escolar existe), otros se bloquean, pierden totalmente el interés por lo académico y a la larga esto genera problemas de autoestima, desconexión y desvitalización. Algo que se observa con rotundidad, y que yo misma he podido comprobar varios años, en los primeros cursos de educación secundaria.

Como profesional de la educación, para mí no hay nada más desalentador y triste en secundaria que ver cómo nuestros jóvenes, que deberían irradiar entusiasmo puro y derrochar muchas ganas de comerse el mundo, se convierten en auténticos absentistas presenciales (van a clase por obligación pero sin ningún interés de aprender nada), y en gran parte porque se les ha estado presionando y exigiendo durante años para adquirir unos aprendizajes intelectuales sin  haber respetado su ritmo de desarrollo.

El fracaso escolar empieza en no respetar el desarrollo de las bases de aprendizaje necesarias
Es una realidad que cada vez hay más niños con dificultades de aprendizaje. El fracaso escolar parece más frecuente que nunca. Todos lo sabemos.

Además los listados de niños/as NESE (con necesidades específicas de apoyo educativo) en las aulas son cada año más y más numerosos. TDA, TDAH, Dislexia, Discalculia, trastorno de integración sensorial,… son tantos los dictámenes y los diagnósticos que se van sumando.

Y sin embargo, como dice Tamara Chubarovsky; En muchos casos son niños estresados, bloqueados, agobiados, aturdidos por un exceso de estímulos que eran incapaces de integrar.  Niños rendidos. Niños muy pequeños que ya estaban convencidos de que no eran capaces. Niños que se forzaban muchísimo y no podían “dar la talla”.

Pero podemos cambiar esto.

Si entendemos bien cuáles son las bases más importantes del aprendizaje, podemos ayudarles a desarrollar las habilidades que les permitirían aprender mejor, de forma más fácil y divertida para ellos.

¿Quieres saber cómo lograrlo?

Primero de todo tienes que aprender cuándo un niño/a está preparado y ha adquirido las habilidades necesarias. Conocer cómo valorarlo y después cómo ayudarle a lograrlo.

Esto yo lo he incorporado a lo largo de muchos años de formación, de lecturas, de investigación, de práctica en el aula y en gabinete, pero ahora puedes hacerlo de una manera mucho más fácil y rápida que yo, con el nuevo curso online de Bases para el éxito en el aprendizaje de  Tamara Chubarovsky.

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