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El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender (Montaigne)

viernes, 14 de noviembre de 2025

Frustación de adolescentes 11 años

 * https://www.eldiario.es/nidos/adolescentes-once-anos-skin-care-peluqueria-frustracion_1_12716882.html

Adolescentes con solo once años: 'skin care', peluquería y mucha frustración

La adolescencia no comienza antes por razones biológicas, sino porque la sociedad ha ido recortando lo que entendemos como infancia: “En general se les trata como adultos desde muy pequeños”

— Niños hiperocupados o dónde poner el límite con las extraescolares: “Se espera que sigan un ritmo propio de adultos”

Malas contestaciones a preguntas cotidianas, enfados súbitos, una preocupación por el aspecto físico acentuada. Esos comportamientos propios de la ‘edad del pavo’, que solía empezar sobre los 13 o 14 años, parece que se han adelantado. Ese niño de ocho años que hasta ayer recibía con alegría un juguete de regalo, de pronto quiere unas zapatillas de marca. Más allá de los estudios, existe la sensación entre padres y profesionales de que la adolescencia –en cuanto a comportamiento– llega antes de lo previsto en comparación con las generaciones anteriores. Todo depende, por supuesto, de cada persona y sus circunstancias, pero es improbable que los cambios sociales no le afecten, en mayor o menor medida.

¿Debemos dejar que niños y niñas jueguen con maquillaje? Ideas a favor y en contra

¿Debemos dejar que niños y niñas jueguen con maquillaje? Ideas a favor y en contra
María Angustias Salmerón, pediatra especializada en adolescencia y presidenta de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, explica que es importante entender la diferencia entre los términos de pubertad y adolescencia. El primero corresponde a los cambios físicos, como la regla en las niñas o el crecimiento de los genitales en los niños, que pueden comenzar a los diez años. La adolescencia atañe al paso de la infancia a la edad adulta, a la capacidad de ser autónomo. “Tiene que ver con la madurez a nivel social, psicológico, la resiliencia, el hacer frente a situaciones adversas”, declara la experta a elDiario.es. La pubertad va incluida en la adolescencia, pero el desarrollo físico no lleva asociado un cambio de comportamiento automático. 

A la pregunta directa de si la adolescencia se ha adelantado, su respuesta es que “biológicamente no”. Se han hecho estudios pormenorizados en los que se aprecia que hay cierto “disruptor endocrino, ciertos factores ambientales, puede estar haciendo que más niñas y más niños se desarrollen a los diez años que antes”, comenta. Pero eso no significa que se haya adelantado la pubertad, es decir, no hay niñas de siete años con la regla a no ser que se trate de una pubertad precoz, que es una enfermedad. “Lo que está ocurriendo es que por factores sociales estamos acortando la infancia”, afirma Salmerón.

Mamá, quiero un móvil
La pediatra pone el foco en el uso de móviles y tablets, desde los que tienen acceso a contenidos para adultos. Un ejemplo muy claro es el de las rutinas de belleza: “Los médicos estamos viendo millones de problemas relacionados con las pantallas como niñas de ocho años con adicción a los cosméticos. Problemas cutáneos y de autoaceptación de su imagen porque se comparan”, señala. “Utilizan cosméticos que no están adaptados a su edad porque no los necesitan. Vemos niñas de ocho años, niños muy pocos, que están utilizando cremas antiedad”. En mayo de este mismo año, se difundió un estudio realizado por Cyber Guardians, en el que se enunciaba que, desde el año 2021, el auge de las enfermedades de salud mental en jóvenes de hasta 20 años, en especial mujeres, “han sufrido un ascenso explosivo”, según recogió este medio. 

Utilizan cosméticos que no están adaptados a su edad porque no los necesitan. Vemos niñas de ocho años, niños muy pocos, que están utilizando cremas antiedad

María Angustias Salmerón — pediatra especializado en adolescencia y presidenta de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia
Patricia Martínez es profesora de secundaria y coincide con la opinión de Salmerón. Ella, que da clase a alumnos de entre 12 y 13 años, considera que la diferencia fundamental entre el comportamiento de los niños de esa edad en generaciones anteriores y la actual es el acceso a Internet. “Se aburren y se frustran con muchísima facilidad”, desarrolla, “cosas que durante la infancia te podían motivar mogollón, de repente dejan de hacerlo muy pronto, en cuanto descubren el entretenimiento fácil del móvil”.

Mientras que Salmerón subraya la adicción al skin care de las niñas, Martínez se fija en la preocupación de los varones por el pelo. “A los críos de cuarto o quinto de primaria no les vale cualquier peluquero. Antes la madre les llevaba a cortar el pelo cuando y como ella decía. Ahora empiezan a decidir sobre su aspecto estético superpronto”, observa. De hecho, comenta que uno de sus hijos acaba de empezar en el instituto y tiene su propio peluquero de cabecera. “Él coge cita con una aplicación en el móvil, busca en YouTube, en Instagram o donde sea el corte que quiere cada vez y se lo envía”, dice. Le dieron un smartphone este mismo año pero al mes se lo retiraron, así que tiene que pedir permiso para que se lo desbloqueen y hacer todas esas gestiones capilares.

“Tienen muchos modelos a imitar muy pronto. Antes estábamos mucho más infantilizados y lo digo en el buen sentido de la palabra, de lo bueno de la infancia. Ahora tenemos adolescentes con rasgos muy acentuados, pero después muy infantilizados en el sentido de no asumir ningún tipo de responsabilidad. Navegan muchos años con lo peor de la infancia y lo peor de esta adolescencia hiperconectada o hiperempantallada”, advierte. 

En relación con esa percepción, la revista The Lancet publicó en 2018 un artículo titulado La edad de la adolescencia, en el que se muestra que no solo se ha acelerado el inicio sino que también se ha elevado su límite final. Si bien la Organización Mundial de la Salud establece que este periodo abarca desde los 10 a los 19 años, para los autores del artículo sería más correcto decir que llega hasta los 24 años porque se ajusta más “a la comprensión popular de esta etapa de la vida, y facilitaría inversiones más extensas en una gama más amplia de entornos”. La velocidad de entrada en la adolescencia desciende según se acerca la edad adulta y se traduce en frases populares como “los 30 son los nuevos 20”.

Ahora tenemos adolescentes con rasgos muy acentuados, pero después muy infantilizados en el sentido de no asumir ningún tipo de responsabilidad

Patricia Martínez — profesora de secundaria
Ilia M., padre de un niño de 12 años y una niña de 10, presenta sentimientos ambivalentes al respecto de la adolescencia adelantada. Según su percepción, los adultos se vuelven más “carcas” según envejecen, lo que provoca esa sensación de que ahora los menores entran antes en la 'edad del pavo'. “Desde Sócrates y Platón se viene diciendo que la siguiente generación es irrespetuosa y no le importa nada. Por lo que me toca, creo que no es para tanto”, expone. También considera que influyen los cambios que se han dado con el tiempo dentro de las relaciones familiares: “Les educamos diferente a nuestros padres o madres, que era todo autoridad y miedo, nosotros no lo hacemos así, por lo que discuten y ponen en duda muchas cosas”. Sin embargo, su opinión se alínea con las de las profesionales cuando aparece el tema de Internet. Sus hijos aún no tienen acceso y en su hogar son muy estrictos: “No les dejamos tocar nada al respecto, y los veo comparativamente más infantiles que quienes les rodean con móviles y redes sociales”.

La impresión de Hiedra C. es diferente. Para ella, “ahora empiezan mucho antes”. Hay días en los que la situación es tensa porque “yo estoy empezando con los síntomas de la perimenopausia y a veces la casa es como un campo de minas”. Las jornadas en las que ella está de buen humor, es capaz de reconducir las situaciones complicadas y acaban con risas, pero “como yo tenga el día torcido también, llueven los gritos”, declara. Ella piensa que esa 'edad del pavo' precoz se debe a que “todo a su alrededor también va muchísimo más rápido”. Por ejemplo, los niños empiezan el instituto dos años antes que la generación de sus padres y también disfrutan de más acceso a la tecnología. “Lo que antes tardábamos en conocer años, hoy en día con Internet es mucho antes. Asusta la sobreinformación que tienen de todo”, alega.

Lo que antes tardábamos en conocer años, hoy en día con internet es mucho antes. Asusta la sobreinformación que tienen de todo

Hiedra C — madre
Su hijo tiene teléfono móvil porque ella está divorciada del padre y viven en casas diferentes, así que querían que se pudiera comunicar con ellos y con el resto de la familia con facilidad. Son conscientes de que ha sido de los primeros de su entorno en tenerlo, pero lo utiliza poco. “Al ser todavía pequeño para saber los peligros del WhatsApp, yo se lo miro. Hasta que no sea más mayor, no le dejaré libertad total”, comenta. Y añade: “A veces pasan días y tiene el móvil sin batería. Agradezco que no esté tan colgado de él como algunos de sus amigos”.

Cómo gestionar la etapa
El hijo de Vanesa M. aún tiene ocho años pero ella afirma que “sin lugar a dudas” ya se comporta como un adolescente con contestaciones como: “¡Que vale! ¡Que me dejes! ¡Que no te voy a escuchar!”. Él no tiene móvil ni tableta propios y solo accede a contenidos infantiles supervisado por sus responsables, por lo que ella no identifica muy bien de dónde puede venir ese comportamiento. “Imagino que es cosa de la sociedad, de los amigos, que si tienen hermanos mayores pues hablan peor y los pequeños absorben como esponjas. Nosotros en casa no nos hablamos así entre nosotros y, sin embargo, él sí”.

Cindy Larrosa, psicóloga en el centro Canvis de Barcelona, confirma que, a nivel general, se podría considerar que los comportamientos propios de la adolescencia sí se aprecian a edades más tempranas pero no cree que “sea algo malo o bueno”. “La sociedad ha cambiado, por lo tanto, el desarrollo de los niños también”. Resuelve que se debe a un fenómeno “multifactorial”, pero coincide con las otras expertas y los padres y madres entrevistados en que el acceso a la tecnología tiene un peso muy importante en este aspecto.

Ella recomienda a las familias que intenten ser comprensivos y mantener la calma. “La sociedad actual es muy difícil para la niñez, en general se les trata como adultos desde muy pequeños, las palabras con las que los nombramos son ejemplo de eso, cómo los vestimos, lo que les exigimos”, mantiene. Y hace hincapié en que “acompañar implica entender, pero también saber poner límites, no es tarea sencilla”.

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No van a conseguir callarnos
El juez Peinado nos exige 50.000 euros por publicar una entrevista y amenaza con querellarse contra nosotros si no la borramos.

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Un niño de 12 años, por muy maduro que sea, no está capacitado para hacer frente a esos contenidos porque yo no estoy capacitada para hacer frente a todo lo que me puedo encontrar en mi teléfono

María Angustias Salmerón — pediatra especializado en adolescencia y presidenta de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia
Para María Angustias Salmerón es esencial que las instituciones del Estado responsables de la protección a la infancia intervengan en estos temas. Por ejemplo, en Estados Unidos, en concreto en el estado de Florida, se acaba de abrir una investigación criminal contra Roblox por ser “un caldo de cultivo para que depredadores tengan acceso a los niños”. En España aún no se ha puesto en marcha, así que: “Si tu vecina se entera de que tú pegas a tu hija y tu hija lo cuenta, viene una trabajadora social a tu casa. Si tú denuncias que en Roblox tu hijo ha visto pornografía, no pasa nada”. Salmerón también reconoce a las familias como principales responsables del comportamiento de sus hijos: “¿Quién pone a la niña delante de la pantalla? ¿Quién le compra los cosméticos? ¿O es que va la niña de ocho años a la tienda a comprarlos? Nos cuesta mucho trabajo poner límites, nos cuesta mucho trabajo decir que no”.

Niños hiperocupados o dónde poner el límite con las extraescolares: “Se espera que sigan un ritmo propio de adultos”
Además, explica que “un niño de 12 años, por muy maduro que sea, no está capacitado para hacer frente a esos contenidos porque yo no estoy capacitada para hacer frente a todo lo que me puedo encontrar en mi teléfono”. En esa edad, la zona amigdalar, que es la que controla las emociones [entre muchas otras funciones], se está terminando de desarrollar y el cerebro “funciona como un Ferrari sin frenos”, compara la pediatra. Ese estado hace que el poder adictivo del algoritmo sea aún mayor que para muchos adultos. “Yo siempre les hago a los padres en la consulta la misma pregunta: ‘¿Tú le darías a tu hijo cocaína?’. Pues lo tienes que tener igual de claro”, concluye.



Educación sexual en casa

 * https://www.eldiario.es/nidos/charla-cinco-minutos-cambiar-educacion-sexual-casa_1_12763963.html

La charla de cinco minutos que puede cambiar la educación sexual en casa

Comentar una noticia a la semana sobre sexualidad en la mesa del desayuno puede ser la clave para educar con naturalidad y sin tabúes: “Las conversaciones no tienen que ser largas, tediosas o técnicas; hay que normalizarlas”

Consultorio — “Me siento juzgada como abuela cuando cuido a mis nietos, ¿cómo lo hablo con mi hija para evitar conflictos?”


Una madre hojea el periódico del domingo mientras su hijo de ocho años moja el cruasán en la leche. “Anda, ¿sabías que en algunos países ya enseñan en el cole lo que significa el consentimiento?”, comenta ella, leyendo una noticia breve. 

Adolescentes con solo once años: 'skin care', peluquería y mucha frustración


Adolescentes con solo once años: 'skin care', peluquería y mucha frustración
El niño levanta la vista, curioso. “¿Qué es eso?”. Lo que sigue no es una charla solemne ni una clase improvisada, sino una conversación ligera, casual, que se interrumpe para reírse de un chiste o hablar del partido del sábado. Pero lo importante ya ha ocurrido: hablar de sexualidad ha dejado de ser un tabú.

Esta escena ilustra la propuesta que el terapeuta estadounidense Steven Ing lanzó en septiembre de este año en su artículo Un hábito semanal de cinco minutos que lo cambia todo en la educación sexual, publicado en Psychology Today. 

Ing sugiere en su texto que bastan unos minutos a la semana para crear un espacio de confianza donde los niños aprendan que la sexualidad es parte natural de la vida. No se trata de dar lecciones ni sermones, no hay que encontrar “el momento adecuado”, sino aprovechar una noticia, una película o la letra de una canción para abrir el diálogo y escuchar qué piensan ellos. Con el tiempo, esas pequeñas conversaciones sumarán cientos de momentos que marcarán la diferencia.

Para chequear la idoneidad o no de esta propuesta de Ing, preguntamos a dos especialistas en educación sexual de nuestro país su opinión al respecto.

La educación sexual no tiene que empezar en la adolescencia
“Las conversaciones sobre educación afectivo-sexual no tienen que ser largas, tediosas o técnicas, sino que hay que normalizarlas”, explica el psicólogo y sexólogo clínico Alejandro Villena. “Hacerlo de esta forma permite tener una conversación distendida sobre el tema, lo cual es fundamental para prevenir la vergüenza o la sensación de rareza cuando se habla de ello”, añade.

La educación sexual debe integrarse como cualquier otro ámbito de la educación básica y de la crianza

Laura Ferrer — educadora sexual
Por su parte, la educadora sexual Laura Ferrer coincide: “El modelo tradicional de la ‘charla específica’, ese momento solemne de ‘tenemos que hablar’, está obsoleto y ha demostrado ser poco eficiente”. Y añade: “La educación sexual debe integrarse como cualquier otro ámbito de la educación básica y de la crianza”. En su opinión, hablar de sexualidad no es una conversación aislada, sino un hilo que atraviesa la educación emocional, el respeto, la empatía y el conocimiento del propio cuerpo.

Hablar desde la infancia
La realidad digital ha cambiado los tiempos, explica Ferrer. La exposición a la pornografía puede llegar antes de los diez y el acceso a redes sociales se produce cada vez más pronto. “Esperar a la adolescencia para hablar de sexualidad supone ser reactivo y no preventivo”, advierte Ferrer. “La educación sexual debe ser proactiva y continua desde la primera infancia”.

Villena lo resume con claridad: “Los beneficios de hablar desde edades tempranas son muchos: se previenen enfermedades de transmisión sexual, actos de violencia sexual o la adicción a la pornografía, y se fomenta una sexualidad sana, libre y consensuada”. 

Además, esas charlas tempranas ayudan a desarrollar un pensamiento crítico frente a los mensajes distorsionados que los menores reciben en Internet. “Al final, van a vivir su sexualidad de una manera más saludable y auténtica”, añade el sexólogo.

Consecuencias de los silencios del pasado
Uno de los principales obstáculos que podría encontrarse esta técnica de introducir la educación sexual en la vida familiar es, sin duda, el reparo que todavía tienen muchos padres a la hora de hablar de estos temas con sus hijos. 

Las familias no han tenido educación sexual en casa y muchas veces lo acaban tratando desde la culpa o la vergüenza

Alejandro Villena — psicólogo y sexólogo clínico
La razón de esta incomodidad es, en opinión de los expertos, que ellos crecieron en el silencio. “En lugar de información y diálogo, lo que vivieron fue tensión y evasión”, recuerda Ferrer. “El simple hecho de que se evitara el tema ya educaba: asociábamos la sexualidad con lo prohibido, lo vergonzoso o lo negativo”. Esa herencia explica el miedo y la incomodidad actuales.

Villena apunta a otra causa: la falta de referentes. “Las familias no han tenido educación sexual en casa y muchas veces lo acaban tratando desde la culpa o la vergüenza”. De ahí que, cuando intentan hablar, lo hagan tarde y en un tono negativo, centrado en el peligro o el control, en lugar de en la curiosidad o el placer saludable. “También hay sesgos de género”, añade. “Se trata de una manera a las chicas y de otra a los chicos, eso contribuye a perpetuar algunos estereotipos de género con respecto a la sexualidad”.

Los errores más comunes
Entre los fallos más habituales que suelen cometer las familias cuando intentan educar sexualmente hoy en día, Ferrer destaca “la tendencia a interrogar al menor”, algo que puede provocar un cierre comunicativo y desconfianza. “Cuando se le presiona con preguntas directas, el menor se bloquea y se refugia en evasivas. Y, por otro lado, delegar la educación sexual en sus amistades o en Internet implica perder la oportunidad de transmitir unos valores y un contexto valiosos”.

Si la conversación existe desde siempre, el adolescente sabrá que puede acudir a su familia sin miedo ni juicios

Alejandro Villena — psicólogo y sexólogo clínico
También es frecuente, dice, “el error de timing”. Muchas familias esperan a que el tema “toque” en el colegio, pero para entonces la realidad ya va por delante. “Si la escuela ofrece la primera charla a los 15 años, llegamos tardísimo. La educación sexual debe empezar años antes, en casa y de forma natural”.

Villena añade otro tema recurrente: “A menudo se habla solo cuando hay un problema”, explica. “Y no se trata de apagar fuegos, sino de crear un clima de confianza previo. Si la conversación existe desde siempre, el adolescente sabrá que puede acudir a su familia sin miedo ni juicios”.

Padres ausentes, madres sobrecargadas
Otro desequilibrio señalado por los expertos es la habitual falta de implicación de los hombres. “La educación sexual recae mayoritariamente en las madres”, observa Ferrer. “Los padres se mantienen al margen, y eso priva a niños y niñas de referentes masculinos que eduquen en valores de respeto, consentimiento y autocuidado. Si no lo hace el padre, lo hará un influencer”.

Cómo crear un espacio de conversación real
Según la educadora sexual, para hablar de sexualidad en casa, basta con tener en cuenta tres pilares: formarse, sanar la propia relación con el tema y aprovechar las oportunidades cotidianas. “Es esencial que padres y madres se informen sobre qué temas son pertinentes en cada edad y, sobre todo, que se anticipen a la realidad digital”, explica. En su opinión, no hay que esperar al momento indicado según el manual: si un menor ya ha estado expuesto a ciertos contenidos, es el momento de hablarlo.

Ferrer también insiste en mirar hacia dentro: “Todo lo que vivimos en la infancia (los silencios, los tabúes, las incomodidades) influye en cómo transmitimos la sexualidad. Si no resolvemos esos miedos, los heredarán nuestros hijos”. 

Finalmente, anima a seguir lo que señalábamos al inicio de este artículo, aprovechar cualquier momento del día: una noticia, una escena de película o incluso un comentario en la calle, como punto de partida natural para hablar de respeto, cuerpo o consentimiento.

Todo lo que vivimos en la infancia (los silencios, los tabúes, las incomodidades) influye en cómo transmitimos la sexualidad

Laura Ferrer — educadora sexual
El psicólogo y sexólogo Álvaro Villena propone lo mismo, y lo baja a un terreno más práctico. “Se pueden generar espacios para hablar de forma relajada, como un cinefórum familiar una vez al mes o incluso un buzón de preguntas anónimas en casa o en el colegio”, sugiere. “También funcionan los recursos adaptados a su edad —un podcast, una canción o un cómic—”, el propio Villena es autor de uno titulado El Tiburón de Internet (Editorial Sentir), que trata sobre los peligros de la red. “Siempre que estén supervisados por los adultos y se comenten juntos. Lo importante es que la conversación esté viva, no que sea perfecta”, concluye.

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No van a conseguir callarnos
El juez Peinado nos exige 50.000 euros por publicar una entrevista y amenaza con querellarse contra nosotros si no la borramos.

Las presiones contra elDiario.es crecen cada año. También lo que gastamos en abogados.

Hoy más que nunca, necesitamos el apoyo de personas como tú para defendernos y seguir contando lo que otros no quieren que sepas. Ayúdanos a defendernos.


En su artículo Steven Ing calculaba que si una familia comenta una noticia sobre sexualidad una vez por semana, acumulará más de 500 conversaciones antes de que el hijo cumpla los 18 años. Cinco minutos cada domingo que pueden cambiar por completo la manera en la que una persona se relaciona con su cuerpo, sus emociones y los demás.

“Me siento juzgada como abuela cuando cuido a mis nietos, ¿cómo lo hablo con mi hija para evitar conflictos?”

"Me siento juzgada como abuela cuando cuido a mis nietos, ¿cómo lo hablo con mi hija para evitar conflictos?"
Ferrer lo resume en una frase que podría servir de epílogo: “Hablar de sexualidad desde la infancia es la mejor inversión que podemos hacer. Es enseñar a vivir bien”.


lunes, 27 de octubre de 2025

Educar en casa

 * https://www.cuerpomente.com/psicologia/carlota-sala-madre-cinco-hijos-montessori-nos-ayudo-a-educar-casa_17166?utm_source=facebook&utm_medium=cpc&utm_campaign=trafico&utm_content=paid&utm_id=23851347730870431_v2_s09&utm_term=120230841326610432

Carlota Sala (45 años), madre de cinco hijos: "Maria Montessori despertó en mí la confianza y me ayudó a educar en casa, a ver a mis hijos según su brújula interna"

Conocer en profundidad las necesidades de un niño y cómo darle respuesta a través de materiales sensoriales puede parecer tarea exclusiva de la escuela. Pero a veces es una madre quién elige no perderse esa experiencia.


Para  María Montessori, los niños crecen con autoestima y seguros de sí mismos si los adultos les acompañamos atendiendo a sus necesidades reales, favoreciendo su autonomía, creando espacios y propuestas ricas en materiales y en experiencias en las que puedan desplegar sus ganas genuinas de participar en su mundo. A veces esos espacios Montessori son escuelas, pero no siempre. También se puede brindar esta oportunidad en casa.

En esta entrevista te acercamos a la interesante y valiosa experiencia de Carlota, también conocida como "Ninyacolorita"  en redes. Ella es madre de cinco hijos varones, de entre 17 y 3 años, y estamos deseando que la conozcas. Y si quieres profundizar en el Método Montessori te invitamos a formar parte de nuestros cursos Montessori Moberi en la Escuela Cuerpomente. 

También puedes inscribirte aquí a nuestra charla online gratuita: "Matemáticas Montessori, el método para que los niños aprendan y entiendan de verdad las matemáticas" del próximo 28 de octubre a las 18 horas (hora española) con Paula Lo Celso y resolver tus dudas. Además, puedes decargarte gratis ebook "¿Por qué Montessori?".

La escuela en casa

- Carlota ¿En qué momento decidiste que tus hijos no iban a ir a la escuela?

En realidad no hubo un momento concreto, sino que se fue formando la idea poco a poco. Cuando mi hijo mayor era muy pequeñito, empezamos a ir a una escuelita libre, pero luego nos fuimos a vivir a la naturaleza. Allí donde fuimos a vivir no había ninguna escuela libre, ni ninguna escuela afín a nuestra manera de entender la educación, que sintiéramos que respetara las necesidades auténticas de nuestros hijos.

Se quedaron en casa conmigo, mientras buscábamos otra escuelita o buscábamos incluso otro lugar donde vivir, donde hubiera una escuelita para nuestros hijos. En este impás de búsqueda, que fueron dos años, estuvimos haciendo escuela en casa sin saber que hacíamos escuela en casa.

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Se crearon unas dinámicas, unas rutinas familiares y unos quehaceres que a mí me enamoraron. Eran muy armónicos, los niños estaban bien, a mí me enamoró el poder estar con ellos, compartir el día, estar en la naturaleza… Fue una etapa de mucho disfrute de ellos, evidentemente también de desborde, como sucede en todas las maternidades. Pero la parte de estar juntos, ver sus aprendizajes, ser parte y ser espectadora de su desarrollo, me encantó.

Finalmente encontramos una escuelita y durante una época fuimos unos días a la semana, pero hubo problemas económicos y la escuelita cerró.

Entonces, en ese momento decidimos conscientemente no llevarlos a ningún lugar y hacer "escuela en casa", creando dinámicas según sus necesidades, sus ritmos, en la naturaleza, juntos...

La mirada de María Montessori
- Imagino que ahí entra en escena el Método Montessori ¿Cómo lo conociste?

Cuando me interesé por la educación libre y por la pedagoga Rebeca Wild, ella hablaba de los materiales Montessori, de la filosofía Montessori, y recuerdo que me compré su libro, “El descubrimiento del niño: El Método Montessori” de María Montessori. Empecé a leer, a empaparme de esta filosofía, de esta manera de entender la infancia.

Lo que me interesó, más que de la parte teórica o práctica de los materiales, sobre todo fue la mirada tan diferente de la Dra. María Montessori sobre la infancia, su manera de entender cómo la infancia se despliega de forma natural y acorde a su plan interno.

Recuerdo que compramos algunos materiales, acompañamos algunas dinámicas desde los materiales Montessori, y su filosofía ocupó un lugar en nuestra forma de hacer.

- ¿Qué te aportó a lo largo de estos años de crianza? 

Montessori me aportó una nueva mirada sobre la infancia. Me ayudó a transformar mis creencias sobre las necesidades, los ritmos, la autonomía de los niños y de las niñas.

Me ayudó a ver en mis hijos, ver su competencia y capacidad de desarrollo, según su brújula interna. Me despertó la confianza. Y entendí mi papel como acompañante y me ayudó a deshacerme del rol de enseñante.

Descubrí que yo podía acompañar sus procesos naturales con materiales que favorecían su autonomía, con experiencias, con propuestas para que ellos mismos pudieran desarrollar sus capacidades y habilidades que ya tienen, latentes, y que delante de mi desplegaban a su ritmo y a su manera... ¡Tan mágico!

Ver a mis hijos aprender, desarrollarse, tener curiosidad, motivación, ser autónomos, tomar decisiones, afrontar problemas… Y ver cómo cada uno resolvía de formas únicas y propias.

Montessori afianzó no sólo la confianza en ellos o en la infancia, también despertó en mí una confianza en la vida, en mi misma...


Cuerpomente | RBA

Los 10 mandamientos de los niños felices según Maria Montessori
- ¿Cómo valoras la experiencia de educar en casa?

Por encima de todo, una experiencia maravillosa, de conexión con mis hijos, de conexión con la vida, de transformación interior.

Es decir, poder educar en casa a mis hijos en base a la Educación Libre, me ha permitido conectarme a la vida, soltar muchas creencias limitantes que tenía... sobre mí misma, sobre las personas y sobre la vida.

Para mis hijos también lo siento un regalo, crecer libres, conectados a su brújula interna, según su ritmo, sintiéndose validados y amados.

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Lo veo en mis hijos ya mayores, que ahora sí están en el sistema. Ese poso interno de confianza, de saberse conectados a algo intangible que les guía, veo su forma de aprender presente y validada. Siguen curiosos, con mirada amplia sobre las posibilidades que les ofrece la vida…

Esto no está exento de la parte oscura o la sombra de esta vivencia, es decir, no ha sido un camino de rosas, no ha sido todo fácil, porque la presión social ha sido difícil de sostener a veces...

Los miedos que aparecen fruto de esta presión social y del modelo y del sistema en el que vivimos. Te hace dudar de lo que haces y cómo lo haces, de si aprenderán, de si serán resolutivos en la vida que enmarca el sistema, etc.

Y la soledad. La soledad es mucha. Hay muy pocas familias que educan de esta manera, por no estar contemplada esta opción.

También la sobrecarga, trabajar y educar en casa es tener dos trabajos que ocupan mucho… no tener casi espacios personales, no tener espacios de nutrición individual lo ha hecho difícil en muchos momentos. Pero no lo cambio. Si volviera atrás, volvería a elegirlo.

Alex Rovira
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Me he enamorado absolutamente de esta forma de vivir, de educar. Ahora ya en otra etapa, con mis hijos más pequeños, siento que esta opción ya es más conocida. Estoy encontrando comunidad.

Y ya no sólo es maravilloso el tiempo con mis hijos, sino en comunidad con madres afines, que son tribu real, criar juntas, compartir verdaderamente, apoyarnos las unas en las otras, estoy descubriendo otra forma de educar que me está enamorando todavía más. Muy humana, muy tangible, muy natural.  La valoración es más que positiva incluso con sus dificultades y sombras.

El poder del yoga
- ¿Qué le dirías a la Carlota del pasado?

Le diría sobre todo que no tuviera miedo, que no tuviera tanto miedo, que aflojara las defensas, que confiara en la vida y en ella misma porque la vida es muy mágica, los niños están conectados a la vida, y gracias a estar junto a ellos desde la entrega y conexión, desde la honestidad y con verdadera humanidad nos conectamos nosotras también a la vida.

De esta conexión entiendes cómo funciona la vida, entiendes el flujo de la vida, que hay vida más allá del control, que incluso los obstáculos, incluso las dificultades forman parte del camino y puedes fluir con ellas.

Sí, principalmente le diría que confiara todavía más y que soltara el control, que se entregara a la experiencia tal como es y ejercitara el músculo de amarlo todo. Creo que eso hubiera permitido que lo viviera menos sola, habría llegado antes a la crianza en comunidad y sobre todo disfrutar todavía más el camino.

- Te recuerdo desde el inicio de tu maternidad también muy vinculada al yoga y a la naturaleza ¿Cuáles han sido para tí tus básicos? Eso que te ha permitido recuperar el equilibrio cuando lo perdías.

Justo en un momento de soledad en la crianza descubrí el yoga. Y el compromiso conmigo misma, con ese espacio de autocuidado a través del cuerpo y la respiración, me ayudó muchísimo a mantener el equilibrio en muchos momentos de dificultad y de soledad.

Fue un salvavidas maravilloso, que me permitió vivir la experiencia de educar a mis hijos con placer, con ilusión, incluso con el asombro de la curiosidad de esta nueva forma de hacer.

Volver al cuerpo, "bajar al cuerpo" es mi herramienta principal. Para mí ese “bajar al cuerpo” tiene forma de Yoga y también de salir a que me dé el Sol, caminar descalza alrededor de mi casa, pasear por el bosque, cultivar en el huerto, jugar con la tierra y el barro con mis hijos… hacer fuego. ¡Con todo el ritual que requiere! Cuidar a mis gallinas, amasar pan…

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Cada vez incorporo más quehaceres que conllevan procesos, algunos largos, ritualísticos podríamos decir… Empieza a ser mi herramienta principal de conexión con el cuerpo, con la vida, con la naturaleza. Me conecta con la sencillez, acalla miedos y ego, y me devuelve el equilibrio interno.

En este acelerado estilo de vida al que nos fuerza el sistema, es necesario volver a lo sencillo, a los rituales, a la tierra a la sencillez… para recordar nuestra humanidad.

- Has servido de inspiración para muchas madres y familias por tu autenticidad… Siempre te has diferenciado de otras “Influencers” en las redes… Reivindicando una maternidad real, de alguien humano que abraza sus luces y sus sombras… 

Decirte que me alegro mucho que me digas esto, porque para mí el hecho de estar en redes me genera mucha contradicción.

No me considero para nada influencer, en realidad soy una persona que no puede evitar compartir lo que vive, como un descubrimiento constante de lo maravillosa que es la vida…

Todos los descubrimientos que hago a través de la maternidad, incluso los de las sombras, no solo los luminosos, me parecen increíbles. Son mensajes que la vida nos envía para caminar cada vez más a favor de ella.

Entonces no puedo evitar compartirlos, aunque me genere mucha contradicción...

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Celia Pérez León

Siento que es necesario compartir la maternidad lo más real posible. Aunque yo misma haya perseguido "la maternidad perfecta" mucho tiempo, y sin querer lo haya traspasado en mis publicaciones...

La vida me ha regalado un camino lleno de bofetadas de humildad, para poder abrirme a ver la perfección en la imperfección. Viendo cada maternidad única, maravillosa y perfecta.

Porque de lo que se trata, en realidad, es de cuidar más lo invisible que lo visible.

- ¿A qué te refieres?

Se trata más de estar presente, estar conectadas, de sentir placer, de sentir la vida sucediendo delante nuestro constantemente, que de un manual, unas instrucciones o una forma concreta de ser madre o de educar.

Este es mi camino y es mi aprendizaje. Que no es fácil...

Desde mis propias heridas y neurosis, muchas veces he perseguido "zanahorias" dentro de la maternidad.

He utilizado tantas veces la educación libre para tapar, para esconder, desde el control, desde la rigidez de lo que está bien y de lo que está mal, para calmar mis heridas de insuficiencia, de abandono....

Pero por suerte la vida te va colocando en tu lugar si estás abierta y disponible.

Intento transmitir lo que aprendo, y educar a mis hijos en casa de esta forma me ha ayudado a despertar la fuerza y la valentía para estar conectada a la vida tal cómo es, con sus luces y con sus sombras, sintiendo que puedo abrazarlo y convivir con todo.

- Te admiro mucho... ¿Qué le dirías a una madre que se está planteando hacer las cosas diferentes al método tradicional?

Otra forma de educar es posible. El sistema oficial te ofrece una sola opción, las redes, las películas y la cultura te ofrecen una forma única  “correcta” de hacerlo. Y por eso aparece tanta culpa, tanto miedo, porque todas perseguimos encajar, ser amadas, reconocidas...

Diana Al Azem, profesora, divulgadora y escritora.
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- Da mucho miedo salirse del camino conocido y aceptado socialmente...

Pero hay otras maneras de sentir el amor, en lo invisible, en lo sutil, que es donde radica la clave. En lo que no se ve, lo que no se compra. Ahí es donde radica la clave de poder vivir la maternidad con gozo, placer, amor y respeto, acorde a nuestra naturaleza y verdadero sentir.

Si alguna familia se está planteando buscar alternativas, les diría que es importante tomar la decisión desde el amor y no desde el miedo.

No por sentir la opción educativa convencional hostil, o por tenerle miedo a las consecuencias que tendría en sus hijos, sino por amor, por amor a la vida, por amor a sus hijos, por amor a una misma... Que desde ahí tomara la decisión.

Muchas veces tomamos esta decisión porque rechazamos el modelo convencional o porque tenemos miedo de que nuestros hijos no estén bien en él.  Entonces hay un miedo que hace que tu cuerpo y tu energía estén a la defensiva. Y entras en este maravilloso mundo desde la defensa.

Para mí es súper importante poderte entregar al amor, y desde aquí decidir.

Las dificultades se ven y se sienten diferente y se afrontan diferente sin caer tan fácilmente en el victimismo, en el sufrimiento, en la culpa… sintiendo, incluso, que te has equivocado, cuando, en realidad, tomes la decisión que tomes, si ha sido desde el amor, no hay error, hay aprendizaje, hay crecimiento y hay más amor.

- Para Montessori el error es siempre valioso y bienvenido, muchas gracias Carlota...



miércoles, 8 de octubre de 2025

Francisco Giner de los Rios

 


«Transformad antiguas áulas; suprimid el estrado y la cátedra del maestro, barrera de hielo que lo aisla y hace imposible toda intimidad con el discípulo; suprimid el banco, la grada, el anfiteatro, símbolos perdurables de la uniformidad y del tédio. Romped esas enormes masas de alumnos, por necesidad constreñidas á oir pasivamente una lección, o á alternar en un interrogatorio de memoria, cuando no á presenciar desde distancias increíbles ejercicios y manipulaciones de que apenas logran darse cuenta. Sustituid en torno del profesor, á todos esos elementos clásicos, un círculo poco numeroso de escolares activos, que piensan, que hablan, que disputan, que se mueven, que están vivos en suma, y cuya fantasía se ennoblece con la idea de una colaboración en la obra del maestro».


Discurso pronunciado por el Sr. D. Francisco Giner de los Ríos, rector de la Institución Libre de Enseñanza, en la inauguración del año académico. Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, Madrid 8 de octubre de 1880.

Dislexia en las aulas

 * https://salamancartvaldia.es/noticia/2025-10-08-maria-jesus-moreta-sobre-la-dislexia-en-las-aulas-salmantinas-se-trata-de-no-machacar-a-estos-ninos-377914?rc=3

María Jesús Moreta, sobre la dislexia en las aulas salmantinas: "Se trata de no machacar a estos niños"


La presidenta de Disfam Salamanca señala que los métodos inadecuados provocan traumas y rechazo a la lectura, reclama una formación universitaria obligatoria y de calidad para los futuros docentes y destaca una guía pionera para evitar errores judiciales con personas disléxicas

Un diagnóstico de dislexia en un niño puede ser una revelación en dos direcciones. Para el pequeño, pone nombre a una lucha silenciosa y a menudo incomprendida. Para uno de sus padres o abuelos, puede ser un eco del pasado, la pieza que finalmente explica por qué la etapa escolar fue un campo de batalla. Esta realidad, junto a la urgente necesidad de formación en las aulas y la creación de protocolos para evitar errores judiciales, son las grandes reivindicaciones que María Jesús Moreta, presidenta de Disfam Salamanca, expone con motivo del Día Internacional de la Dislexia.

¿Qué es la dislexia? Más allá de confundir letras

Lejos de ser una enfermedad que se cura, la dislexia es una condición neurológica que acompaña a la persona toda su vida. "La dislexia es un trastorno del desarrollo que se mantiene durante toda la vida. No es una enfermedad y hay que aprender a vivir con ella", aclara Moreta. Su principal campo de afectación es el lenguaje escrito, dificultando la capacidad de leer con fluidez y precisión, la entonación y la correcta decodificación de las palabras.

Este desafío choca frontalmente con la estructura del sistema educativo. "Como todo el sistema educativo se basa en el aprendizaje de las materias a través de la lectoescritura, es la etapa donde las personas con dislexia sufren más", señala la presidenta de Disfam. Desde los primeros cursos hasta la universidad, la lectura es la herramienta principal, convirtiendo las aulas en un entorno de constante dificultad.

Las cicatrices invisibles

El impacto de la dislexia va más allá de lo académico, dejando secuelas en la salud mental. Moreta destaca un perfil especialmente vulnerable: aquellos con dislexia comórbida con altas capacidades. "Se dan más casos de depresión y de ansiedad, porque comprenden absolutamente todo, pero luego no son capaces de llegar bien cuando se enfrentan a los exámenes", explica, debido a problemas de redacción o faltas de ortografía inherentes a su condición.

Uno de los momentos más temidos es la lectura en voz alta. "Normalmente recomendamos que si un niño no quiere, no se le obligue a leer en voz alta, porque es una manera de exponer en público el problema que él tiene", aconseja. El miedo a tropezar con las palabras frente a los compañeros puede generar una ansiedad que perdura durante años.

Este sufrimiento a menudo se extiende a la edad adulta, cuando muchos descubren su propia condición a través de sus hijos. "Lo que sí nos ocurre mucho en la asociación es que cuando se detecta a los niños suelen aparecer adultos, padres, abuelos, que también la tienen y que no se han dado cuenta", relata Moreta. Para ellos, es la explicación a un pasado doloroso, a "todos aquellos que colgaron los libros porque pensaban que realmente no valían para estudiar", sin saber que el problema no era falta de inteligencia, sino una forma diferente de procesar la información.

La gran asignatura pendiente: la formación del profesorado

Con una prevalencia estimada entre un 4% y un 6% en España, una de las reivindicaciones de Disfam Salamanca se centra en la formación de quienes están en primera línea: los docentes. "Como meta que tenemos en estos momentos está el de la formación universitaria. Que este tipo de trastornos sean incluidos y se extiendan más en los temarios universitarios para los futuros profesores y psicopedagogos", demanda Moreta.

La formación actual, asegura, es "muy somera". Esto provoca que muchos docentes, especialmente en Infantil y Primaria, desconozcan los métodos de enseñanza de la lectura basados en la evidencia científica, que son cruciales para estos alumnos. "Se trata de no machacar a estos niños, que a lo mejor les estás enseñando de un modo que no es el más adecuado, y lo que consigues es un efecto rebote y un rechazo a la lectura", lamenta.

El problema se agrava con los profesores ya en activo, para quienes la formación es voluntaria, y con la actitud de algunos profesionales que muestran incredulidad. "Que tú tengas un alumno en la clase, que sepas que tiene ese problema y no pongas interés o no te lo creas o les digas a los padres que esto es una moda... no es lo más adecuado", denuncia.

Una guía para evitar malentendidos en comisaría

Más allá del ámbito educativo, Disfam ha abierto una innovadora línea de trabajo: la creación de una guía de atención destinada a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El objetivo es evitar que las características de la dislexia se malinterpreten como mentiras durante procesos judiciales o detenciones.

Moreta explica que las personas con dislexia pueden tener dificultades para recordar secuencias, como los días de la semana o los meses, o confundir datos como horas o nombres de calles. "En las declaraciones, por ejemplo, con la dislexia es normal que se confundan los días de la semana o los meses del año. La guía está especificando esto para que no se computen como que estás mintiendo", detalla. Es una herramienta para que los agentes "tengan en cuenta que se te puede ir ese día de la semana concreto o se te pueden ir el nombre de una calle y confundirlo con otra".

Diagnóstico precoz y el fin de la repetición de curso

Aunque un diagnóstico formal puede tardar, las señales de alerta aparecen pronto. Un niño que tarda más en nombrar colores o que no entona bien las preguntas al leer podría mostrar indicios. La legislación actual, a través de la LOMLOE, respalda la intervención temprana. "Según la LOMLOE, hay que tratar a los niños una vez aparecen los primeros síntomas, aunque no haya ningún diagnóstico", recuerda Moreta. El tratamiento principal es la logopedia, centrada en la conciencia fonológica.

Finalmente, la asociación sigue luchando contra la repetición de curso como única medida. Moreta es tajante: se sigue "mandando repetir curso sin haber adoptado todas las medidas para las adaptaciones que necesita ese niño". Para Disfam, esta práctica es un fracaso del sistema, no del alumno. "Repetir curso al final no le va a servir para nada", sentencia.

La lucha de Disfam, que este año celebra su 25 aniversario a nivel nacional y cuenta con seis años de trayectoria en Salamanca, es una carrera de fondo. "Es muy, muy lento, es muy poquito a poquito", reconoce Moreta. Sin embargo, cada paso es una victoria para que las futuras generaciones no tengan que esperar a ser adultos para entender por qué leer les costaba tanto.


miércoles, 3 de septiembre de 2025

TDAH

 ¿Sabías que un cerebro con TDAH procesa la información de forma diferente? En el programa “TDAH: ¿Por qué es más difícil diagnosticar a las mujeres?”, nuestras invitadas explican cómo viven el día a día con TDAH y recuerdan momentos de su infancia en los que empezaron a notar estas diferencias

Pero si quieres profundizar en este tema, ¡no te pierdas el programa completo!

PGM12 | TDAH: ¿Por qué es más difícil diagnosticar a las mujeres?: https://youtu.be/8lYcrorctP0

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