Dedicado a tod@s l@s niñ@s del mundo

El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender (Montaigne)

miércoles, 11 de junio de 2025

Niños con trastornos, no son vagos...

 * https://www.eldiario.es/nidos/psiquiatra-infantil-ninos-neurodivergentes-familias-no-suplir-falta-inversion_1_12323390.html

Elena Benítez, psiquiatra infantil con dos hijos neurodivergentes: “Las familias no podemos suplir la falta de inversión y medios”

A raíz de su experiencia personal y profesional, esta doctora especializada en autismo ha escrito el libro 'Hijos neurodivergentes' (RBA, 2025), una guía para acompañar a las familias tras un diagnóstico de trastorno del neurodesarrollo

— Qué señales nos alertan de que un niño tiene problemas emocionales


La doctora Elena Benítez Cerezo es psiquiatra infantil y juvenil, especializada en Trastornos del Espectro Autista (TEA) y Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Además, es madre de dos hijos neurodivergentes: uno de ellos con TEA, otro con TDAH. Esta doble perspectiva, la profesional y la personal, le aporta una visión integral, que a ella le gusta definir como la de una “agente doble”. Benítez acaba de publicar Hijos neurodivergentes (RBA, 2025), una guía para acompañar a las familias desde el diagnóstico para entender y educar a sus hijos neurodivergentes.

Vago, desobediente o caprichoso: los prejuicios hacia niñas y niños con trastorno de atención e hiperactividad

Vago, desobediente o caprichoso: los prejuicios hacia niñas y niños con trastorno de atención e hiperactividad

El libro comienza explicando esa condición de “agente doble”, de psiquiatra infantil y madre de dos niños neurodivergentes. ¿Qué le aporta la posibilidad de ver a estos niños y niñas desde los dos lados, en la consulta y en casa?

Ser lo que yo llamo una “agente doble”, es decir, madre y profesional de la salud mental, tiene luces y sombras. Respecto a la perspectiva de mi maternidad, aunque el ajuste emocional que supone recibir un diagnóstico para un hijo es similar al de cualquier otra madre, contar con una formación especializada ayuda a comprender mejor los términos clínicos, los informes médicos y las implicaciones de cada diagnóstico. Esa comprensión en mi caso ha podido amortiguar el desconcierto que las familias suelen experimentar. Sin embargo, también en su momento descubrí que debía aprender a separar los dos planos: la médica y la madre. El vínculo afectivo tan profundo que existe con un hijo puede nublar la objetividad clínica. Por eso decidí confiar plenamente en los especialistas que atienden a mis hijos, colegas cuya mirada externa y experiencia valoro muchísimo.

Estamos aprendiendo que, dentro de un manejo profesional y razonable, hablar de nuestras propias vulnerabilidades no nos resta autoridad, sino que puede fortalecer el vínculo terapéutico

¿Y en lo profesional, le ha servido vivir la situación tan de cerca?

No considero que sea imprescindible haber pasado por esta experiencia para ser un buen profesional del neurodesarrollo, pero en mi caso ha transformado profundamente mi forma de ejercer. Durante un tiempo pensé que compartir mi vivencia como madre podía hacerme parecer menos objetiva, menos profesional. Pero cuando finalmente lo hice, me sorprendió comprobar que muchas familias se sentían más cómodas, más dispuestas a abrirse. Sentían que no iba a juzgarlas, que hablábamos desde un lugar de entendimiento mutuo.

¿Qué le hizo decidirse a contar y normalizar su historia?

El germen de este libro surgió de un blog que la Fundación Querer, dedicada a trabajar con niños con necesidades educativas especiales derivadas de sus enfermedades neurológicas, me ofreció escribir. Aquel blog, que llamaron “Mamá peleona”, fue para mí un espacio catártico y terapéutico en el que me volqué emocionalmente en un momento muy complicado del proceso de diagnóstico de mi hijo mayor. Enseguida comencé a recibir un feedback muy potente y emocionante de padres (sobre todo madres) que estaban teniendo experiencias dolorosamente similares con los procesos de sus hijos y se habían sentido reflejadas, vistas y acompañadas al leerme. Son maternidades muy solitarias, en las que nos sentimos muy incomprendidas y perdidas. Y pronto me di cuenta de que si desde mi experiencia como madre podía abrazar a otras en mi situación, y desde mi conocimiento como psiquiatra aclarar dudas que cada día otras familias como la mía me planteaban en la consulta, ¿por qué no iba a hacerlo?

¿Supone esto un cambio de enfoque por parte del personal sanitario?

Creo que somos parte de una nueva generación de médicos que está comenzando a romper un poco esa barrera con los pacientes mostrando nuestra parte humana. Estamos aprendiendo que, dentro de un manejo profesional y razonable, hablar de nuestras propias vulnerabilidades no nos resta autoridad, sino que puede fortalecer el vínculo terapéutico. Además, tenemos una responsabilidad en la lucha contra el estigma que aún rodea a los trastornos mentales y del neurodesarrollo, y qué mejor manera de hacerlo que dar testimonio desde la experiencia personal. Me lancé a ello y tuve la inmensa suerte de que RBA confiara en mí para dar forma al libro.

La discapacidad intelectual y las altas capacidades tienen implicaciones adaptativas y necesidades de apoyo profundamente distintas

Empecemos por lo básico: ¿qué es la neurodivergencia, y cuáles son las condiciones más habituales?

El concepto de “neurodivergencia” no tiene origen en la medicina, sino que proviene de ámbitos como la sociología y la comunicación. Por eso, no existe una definición científica clara ni una clasificación consensuada que delimite con precisión qué condiciones o diagnósticos forman parte de esta categoría. En realidad, es un término de uso informal cuya interpretación varía en función de la fuente. En el libro, yo utilizo este término para referirme a los trastornos del neurodesarrollo tal y como están definidos por el DSM-5, es decir: trastornos de espectro autista, discapacidad intelectual, trastornos del aprendizaje y otros trastornos del desarrollo neurológico.

¿Y qué no son neurodivergencias? ¿Existen realmente etiquetas diagnósticas para las cada vez más habituales altas capacidades o PAS?

Respecto al término “PAS”, Personas Altamente Sensibles, no forma parte de ninguna clasificación médica oficial como el DSM-5 o la CIE-11, y carece de reconocimiento clínico dentro de la medicina basada en la evidencia. Aunque se ha popularizado en contextos comunicativos como las redes sociales y en algunos enfoques de la psicología no clínica, no existe suficiente respaldo científico que lo avale como entidad diagnóstica válida o consistente. Y acerca de las altas capacidades, se trata de un diagnóstico neuropsicológico y psicopedagógico más que psiquiátrico; aunque sabemos que es frecuente que las personas con altas capacidades tengan también comorbilidades con trastornos del neurodesarrollo (lo que se conoce como “doble excepcionalidad”) y es en esas comorbilidades en las que intervenimos a veces los psiquiatras.

¿Qué le parece que a veces se equiparen o comparen esos distintos tipos de diagnósticos?

Es importante no perder de vista que la discapacidad intelectual y las altas capacidades tienen implicaciones adaptativas y necesidades de apoyo profundamente distintas. La discapacidad intelectual suele conllevar barreras significativas para la autonomía y la inclusión social, mientras que, en el caso de las altas capacidades, si se identifican y acompañan adecuadamente, pueden representar una ventaja adaptativa. Equiparar ambas realidades sin matices puede invisibilizar las dificultades reales que enfrentan las personas con discapacidad intelectual, y desdibujar la necesidad de apoyos diferenciados y específicos.

La ayuda mutua es fundamental; encontrar referentes en otras familias con situaciones parecidas con quienes compartir, desahogarte o incluso reírte puede ser un salvavidas

En el libro se centra sobre todo en TEA y TDAH, los diagnósticos que tienen sus dos hijos. ¿En qué consisten?

Ambos son trastornos del neurodesarrollo que se manifiestan desde etapas iniciales de la infancia y cuyos síntomas causan dificultades importantes en la capacidad funcional del niño. Es complicado resumirlos en un espacio limitado, pero a grandes rasgos, en el caso del TDAH los síntomas se agrupan en tres grandes bloques: las dificultades en la atención, la hiperactividad y la impulsividad (estos dos últimos se suelen presentar juntos). En función de cómo se combinen estos “bloques” hablamos de distintos subtipos. En cuanto al TEA, el diagnóstico se basa en dos áreas principales: por una parte, las dificultades persistentes en la comunicación y la interacción social; y por otra, la presencia de patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades. Estas áreas pueden estar afectadas de modo muy variable y heterogéneo en cada persona, por eso hablamos de “espectro” autista, porque hay una gradación muy amplia.

¿Cómo es para una familia afrontar el diagnóstico de un hijo o hija neurodivergente? ¿Qué consejos básicos les dan para vivir esos primeros momentos?

Los momentos iniciales, cuando sabemos que hay un problema, pero aún no tenemos un diagnóstico o este es incierto, suelen ser los más duros. Pero desde ese momento se abre un camino que está plagado de desafíos, y la experiencia de cada familia es única. En el libro he querido abordar de forma específica el proceso de adaptación emocional que transitan los padres, porque creo que es un aspecto al que no se presta suficiente atención. El libro no pretende desvelar el secreto de “cómo llevar esto bien”, porque yo misma no lo sé, sigo equivocándome y aprendiendo día a día. Pero de lo poco que tengo certeza es de que la ayuda mutua es fundamental; que encontrar referentes en otras familias con situaciones parecidas con quienes compartir, desahogarte o incluso reírte puede ser un salvavidas. Por eso he intentado que la información, el acompañamiento emocional y el sentido del humor sean los ejes vertebradores de mi libro. Y también es clave aprender a confiar: en los profesionales, en nuestra capacidad como madres (sobre todo en los días duros) y, por supuesto, en nuestros hijos. El neurodesarrollo también hace su trabajo, pero necesita tiempo y paciencia.

A menudo subestimamos a los niños y pensamos que no van a entender, o que si les decimos que tienen un diagnóstico vamos a excluirles o a hacerles sentir diferentes

Y para los niños y niñas, ¿cómo son estos procesos? ¿Debemos explicarles lo que les pasa desde el principio?

Sin duda alguna. A menudo subestimamos a los niños y pensamos que no van a entender, o que si les decimos que tienen un diagnóstico vamos a excluirles o a hacerles sentir diferentes. De modo que con frecuencia les llevamos en un peregrinar de médicos y terapias cada semana sin explicarles por qué van a esos sitios. Pero los niños tarde o temprano se dan cuenta de que son diferentes a los demás, y no hablarles de esa realidad (o peor, negársela) únicamente les transmite que ese algo de lo que no hablamos es vergonzante, que hay algo de ellos mismos que deben ocultar. Con los niños hay que hablar de todo, únicamente adaptándoles la información a su etapa evolutiva, con un lenguaje sencillo, dándoles la información que nos vayan pidiendo y transmitiéndoles siempre que estamos disponibles para ellos, tanto emocionalmente como para que nos pregunten todo lo que necesiten saber.

¿Y hay que hacerles partícipes de su tratamiento?

Sí. Es inaudito que tengamos niños que toman a diario una medicación que no saben para qué sirve, o que vayan tres veces a la semana a unas terapias que nadie les ha explicado en qué consisten. Ellos tienen que ser parte activa de su propio tratamiento.

¿Cómo dotarles de herramientas para sobrevivir a nivel social, laboral, incluso económico en la sociedad actual, tan capacitista?

¡Ojalá tuviera la respuesta a esa pregunta! Como todos los padres, quienes tenemos hijos con discapacidad también intentamos que nuestros hijos estén lo más preparados para la vida que sea posible, pero creo que no es justo cargar sobre las espaldas de las familias unas responsabilidades que deberían estar en manos de las administraciones públicas. Los padres hacemos lo que podemos, muchas veces en contra de un sistema perverso que, por una parte, emite titulares grandilocuentes sobre medidas de inclusión, pero por otra impone unos procedimientos administrativos tan complicados que no están al alcance de la mayoría de las familias. La burocracia necesaria para conseguir reconocimientos de discapacidad o dependencia, que son el derecho de nuestros hijos, es tan difícil de tramitar que genera desigualdades. Para muchas familias, las prestaciones económicas y de asistencia llegan tarde y mal; en los centros escolares no hay recursos humanos suficientes para garantizar una inclusión real del alumnado con necesidades especiales, y la mayoría de programas de inserción laboral los promueven asociaciones y fundaciones constituidas por familiares.

Cómo se sentirían si cada día de su vida, como nos pasa a los padres de estos niños, se preguntaran eso de: “¿Qué será de mi hijo cuando yo no esté, podrá sobrevivir por sí mismo?”

¿Sienten un cierto desamparo o abandono institucional las familias de niños y niñas neurodivergentes?

Sí, y podría poner ejemplos de esto hasta el infinito. Las familias no podemos suplir la falta de inversión y medios. Creo que esta pregunta habría que hacérsela a nuestros gobernantes, mirándoles a los ojos y preguntándoles cómo se sentirían si cada día de su vida, como nos pasa a los padres de estos niños, se preguntaran eso de: “¿Qué será de mi hijo cuando yo no esté, podrá sobrevivir por sí mismo?”. Eso es muy duro. Y las administraciones, sean del color político que sean, nos han abandonado, a las familias y a las personas con discapacidades derivadas de trastornos neurológicos.

La terminología importa: ¿por qué habla de neurodivergencia y de condición, y evita otros términos?

Creo que cada vez nos preocupa más resultar inclusivos, y esto es sin duda un avance social. Pero tengo la sensación —especialmente en el ámbito de las redes sociales y de la política— de que vivimos en la batalla de lo superficial. Los trastornos del neurodesarrollo ya están bien definidos en la medicina, con terminología técnica y precisa que se encuentra en las clasificaciones internacionales. Sin embargo, algunos argumentan que palabras como “trastorno” o “discapacidad” pueden ser estigmatizantes. En mi opinión, el problema no radica en la palabra en sí, sino en el uso peyorativo que algunas personas hacen de ellas. Es fácil caer en la tentación de usar términos como “capacidades diversas” para evitar el malestar que nos causan ciertas realidades, pero estos son términos demasiado generales que pueden aplicarse a cualquiera, ya que todos tenemos diferentes habilidades y una combinación única de capacidades neurológicas.

¿Utilizar eufemismos puede tapar realidades duras?

Qué señales nos alertan de que un niño tiene problemas emocionales

Lo cierto es que las personas con discapacidades derivadas de trastornos del neurodesarrollo enfrentan obstáculos inimaginables para la mayoría de nosotros; y no es justo que no se ponga de relieve que el mundo es mucho más complicado, injusto y hostil para ellas incluyéndonos a todos bajo “términos paraguas” en los que sus dificultades quedan borradas. Para garantizar que estas personas tengan las mismas oportunidades se requiere una forma honesta de nombrar la realidad, pero también hace falta un cambio social, voluntad política e inversión en los recursos que hagan de esa inclusión una realidad.

jueves, 5 de junio de 2025

Educando en la diversidad

 * https://www.eldiario.es/cultura/abril-zamora-persona-reciba-premio-da-mensaje-importante-quieras-trae-recompensa_1_12355387.html



Abril Zamora: “Que una persona como yo reciba este premio da un mensaje importante: ser quien quieras ser trae recompensa”

La actriz, galardonada con el premio Taules del sindicato de actores valencianos AAPV, dedica el reconocimiento “a todos los padres y a todas las madres que educan a sus hijos, hijas e hijes en la libertad”

— Abril Zamora: “Que el personaje sea trans no es importante, que yo sea una showrunner trans sí”

La actriz Abril Zamora recibió este lunes el Premio Taules en la gala de la Associació d'Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV), en una ceremonia plagada de reivindicaciones –incluido el grito de “Mazón dimisión”– que la artista tampoco dejó escapar. Empezando por criticar la “censura de la tele pública”, después de que la televisión valenciana À Punt se negara a retransmitir la gala del sindicato de actores y actrices, pese a haberlo hecho en todas sus ediciones anteriores. La entrega de premios se celebró en el Teatre Principal de Valencia y, ante el 'apagón' de la tele valenciana, se transmitió en el canal de Youtube del medio especializado Kinótico.

“Al censurar esta gala en la tele pública, están privando a las nuevas generaciones del mensaje importante de que una persona como yo reciba un premio como este, que simboliza cosas como que ser quien quieras ser es algo natural y maravilloso, y trae todo tipo de recompensas”, dijo Abril Zamora al subirse al escenario. “Aunque no paramos de leer noticias terribles sobre agresiones y sobre pérdidas de derechos, hay mucha gente que apoya y defiende el derecho a ser y a existir. Este premio tiene mucho de declaración de intenciones y me enorgullece muchísimo pertenecer a un gremio que no solo celebra la diversidad, sino que la premia”, prosiguió.

La directora de 'Todo lo otro' dedicó el premio “a todos los padres y a todas las madres que educan a sus hijos, hijas e hijes en la libertad”. “No soy madre, pero en un momento me di cuenta de lo importante de llenar estos espacios para que las niñas, niños y niñes trans pudieran verse reflejados. Es importante ver todo tipo de realidades para descubrir la tuya propia”, explicó.

Zamora defendió que “la ficción, el teatro y el audiovisual deberían ser una ventana para mostrar estas realidades”. “Nuestra asignatura pendiente es tener una ficción más inclusiva donde veamos tallas diferentes, etnias diferentes, personas con discapacidad totalmente alejadas de estereotipos”, reivindicó, ante los aplausos del público.

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Desde Estados Unidos, contra el relato oficial

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“Solo tenemos una vida y es una pena desperdiciarla”

“He visto a muchísima gente joven aquí y es maravilloso. Una de las cosas que me hubiera gustado que me dijeran es que vais a trabajar 40 horas de camarera, de dependienta, de un montón de cosas. Vais a llegar a casa super quemados y quemadas, no vais a tener coño para hacer videobook, currículum y todo eso. Pero no perdáis de vista el objetivo, porque solo tenemos una vida y es una pena desperdiciarla haciendo algo que no nos guste”, exclamó la actriz. “Por último, quiero dedicárselo a mi yo de 8 años, que estaría superfeliz cogiendo un premio como este vestida con un vestido como este”, concluyó Abril Zamora, entre aplausos y ovaciones.

Abril Zamora: “Que el personaje sea trans no es importante, que yo sea una showrunner trans sí”

Abril Zamora: "Que el personaje sea trans no es importante, que yo sea una showrunner trans sí"

El premio Taules “reconoce a una persona o entidad de fuera de Valencia cuyo trabajo se considere relevante e importante por la visibilidad tanto a nivel artístico como social”, según las palabras de la presidenta de la Associació d'Actors i Actrius Professionals Valencians, María Almudéver. La AAPV ha destacado de la galardonada de esta edición “su valentía al visibilizar la realidad del colectivo trans y su enorme impacto como figura pública”.

lunes, 10 de marzo de 2025

Neurólogos advierten de las consecuencias de las redes sociales

 * https://andaluciainforma.eldiario.es/actualidad/neurologos-advierten-asi-afectan-las-redes-sociales-al-cerebro-de-tus-hijos/

Neurólogos advierten: así afectan las redes sociales al cerebro de tus hijos

Neurólogos y expertos advierten que el uso excesivo de las redes sociales en los menores, está deparando en graves consecuencias cerebrales.


En el año 2010, se dio paso a la Generación Alfa: los nacidos a partir de esa fecha, asumen las redes sociales como un aspecto totalmente natural. Incluso, puede llegar a tener más relevancia sus avatares virtuales que la presencialidad. Y tienen sus motivos, ya que todos ellos han nacido, literalmente amparados por las nuevas tecnologías. Desde antes de tener uso de razón, se han criado con una pantalla digital. No obstante, los neurólogos han lanzado una advertencia, cuanto menos, preocupante:

El uso de las redes sociales tiene consecuencias cerebrales
La Sociedad Española de Neurología ha remarcado las consecuencias nefastas que puede tener el abuso de las redes sociales. El doctor David Ezpeleta, vicepresidente y responsable del Área de Neurotecnología ha explicado sus efectos en la salud cerebral de tus hijos. 

El neurólogo ha explicado que se producen “cambios en el neurodesarrollo de regiones y redes cerebrales relacionadas con los afectos, la motivación o en el sistema de recompensa cerebral, e incluso pérdida de sustancia blanca en las áreas que sustentan el lenguaje y la alfabetización emergente”. 

Ciertamente, la situación actual es más que preocupante, ya que hay estudios que avalan que el uso excesivo de Internet está asociado con una reducción de la materia gris de las regiones prefrontales del cerebro. Estas son las encargadas de la toma de decisiones, control de impulsos y atención y memoria.

El doomscrolling, uno de los mayores peligros en el uso de redes sociales

Una de las prácticas más adictivas y con peores consecuencias en el uso de las redes sociales es el denominado doomscrolling. Se trata de un fenómeno reciente que consiste en ir constantemente de vídeo en vídeo o de noticia en noticia en las redes sociales, generalmente de tintes negativos y alarmistas. 

Finalmente, la persona que hace doomscrolling no queda saciada, y sigue buscando más, generándosele una sensación de ansiedad e incertidumbre. El doomscrolling se hizo especialmente popular durante la pandemia y ya ha alarmado al Parlamento Europeo, que pidió en su día que se investiguen los riesgos derivados. 

Los expertos ya advierten que el doomscrolling, además de tener consecuencias cerebrales, puede provocar insomnio y reducción de la empatía. Eso último se debe a que, el bombardearse de información negativa puede insensibilizar a los niños ante la violencia. Algunas formas de controlar el doomscrolling en tu hijo cuando esté en las redes sociales, son:

Fijarles un límite de tiempo para su uso.

Controlar las cuentas que sigue o con las que interactúa.

Desactivarle las notificaciones.

Las redes sociales son un elemento más de la vida moderna, especialmente de las generaciones más jóvenes y, si bien pueden establecer una interesante red de contacto, no hay que obviar que el abuso de estas puede derivar en consecuencias que afecten incluso, al cerebro, por lo que es recomendable capacitar a los menores para que hagan un uso responsable. Para seguir leyendo estas noticias, no dejes de visitar nuestra sección de actualidad.

viernes, 7 de marzo de 2025

Comportamiento humano

 * https://www.cuerpomente.com/psicologia/david-bueno-biologo-experto-comportamiento-humano-ninos-suben-arboles-tienen-mayor-control-emocional-adolescencia-gestionan-mejor-ansiedad_15121?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=trafico

David Bueno, biólogo y experto en comportamiento humano: "Los niños que se suben a los árboles tienen mayor control emocional en la adolescencia y gestionan mejor la ansiedad"

El biólogo y divulgador David Bueno nos invita a descubrir el papel esencial del arte en nuestra evolución y bienestar. En su nuevo libro, 'El arte de ser humanos', explora cómo la creatividad, la educación y la neurociencia están conectadas, y nos ofrece claves para recuperar la atención, la empatía y el asombro en un mundo acelerado.


¿Te has preguntado alguna vez porque te emocionas al ver una película, escuchar una canción o mirar un cuadro? El arte conecta con el ser humano a un nivel instintivo, casi primitivo, como explica David Bueno, neurocientífico y doctor en biología, en su nuevo libro El arte de ser humanos (Destino).

Bueno lleva años explorando la relación entre la neurociencia y nuestra forma de aprender, de emocionarnos y de convivir. En este nuevo libro, nos invita a mirar la creatividad desde una perspectiva innovadora: como una herramienta que ha moldeado nuestra evolución y que sigue siendo clave para nuestro bienestar.

En esa entrevista, conversamos sobre la importancia del arte en la educación, el impacto de la tecnología en nuestra atención y cómo recuperar la capacidad de asombro en un mundo cada vez más acelerado. Porque el arte no es solo algo que admiramos en los museos, es una forma de entender el mundo que nos confiere la capacidad de transformarlo.

Aprendiendo a enseñar

- ¿Cómo podemos integrar de mejor forma el arte en el sistema educativo?

-En estos momentos, el currículum educativo, con pequeñas variaciones según la Comunidad Autónoma, reserva un 10% de las horas de primaria para educación artística. Es mucho menos de lo que había en la Antigüedad, que dedicaban más de la mitad de la enseñanza a las artes. Ahora, ¿significa esto que la mitad de las horas deberían ser de arte? No hace falta. Es más fácil de lo que parece. Se trata de ir añadiendo pequeños toques artísticos al resto de aprendizajes.

Hay que aprender a sumar, restar, multiplicar y dividir, hay que aprender a leer y escribir, hay que aprender ciencias, claro que sí. Pero si cuando estamos estudiando la multiplicación y la división en los últimos cursos de primaria, le pregunto a los niños: "¿Qué melodía te sugiere una multiplicación? ¿Y una división?", podrían tocarla con algún instrumento, como la flauta o percusión. No es que se aprenda más de esta forma, pero sí que el cerebro de estos niños y niñas relaciona lo que están aprendiendo de forma racional con aspectos mucho más emocionales y vivenciales.

La plancha de pilates pared que aplana el abdomen y estiliza la espalda

Susana Pacheco, entrenadora

- ¿Qué otros cambios podemos aplicar a nuestro sistema educativo gracias a lo que sabemos de neurociencia?

-Un aspecto que considero muy importante es que los alumnos se conozcan a sí mismos, no solo en aspectos cognitivos—que también—a partir de reflexiones, debates, analizando su día a día de forma consciente, sino también en aspectos físicos. Nuestra mente está dentro de un cuerpo, están juntos. Nos encontramos con chicos y chicas que, cuando llegan a la adolescencia, tienen problemas de autoimagen, de autoestima, de autopercepción, porque no han trabajado su cuerpo a través del deporte, la psicomotricidad, el baile… Hay muchas maneras diferentes de vivirlo. A veces los aislamos tanto del exterior, creyendo que así están más seguros, que no les dejamos conocer su cuerpo.

Hay un trabajo que se hizo en Nueva Zelanda en el que se demostró que a los adolescentes que, cuando eran niños, sus padres les dejaban encaramarse a los árboles, tenían un mayor control emocional durante la adolescencia. Les era más fácil gestionar la ansiedad y el estrés, y eran capaces de valorar mejor los riesgos asociados a nuevos retos para asumirlos con conocimiento. Simplemente porque lo habían ensayado cuando eran niños. Porque al final, es su cuerpo. Están encaramándose a un árbol, necesitan pensar, pero también necesitan conocer sus limitaciones y ver cómo van progresando.

Cómo estimular el pensamiento crítico en niños y jóvenes

- ¿Cuál es el mayor error que estamos cometiendo al educar a las nuevas generaciones?

-Uno es este tema, el de la sobreprotección, que ya lo hemos comentado. Otro es justamente lo opuesto—que a veces, además, se da al mismo tiempo—que es la sensación de poco apoyo emocional. Cuando en una familia estamos cenando juntos y cada uno está con su aparato tecnológico, sin mirarnos a la cara, sin dirigirnos la palabra, la sensación de esos niños y niñas es de abandono emocional. No sienten que están siendo tenidos en cuenta.

Y, al mismo tiempo, hay sobreprotección: "Que no sufran, que no se hagan daño". Hombre, por supuesto que hay que evitar grandes daños. Pero también digo, a veces, cuando vemos que un niño se acerca a una zarza con pinchos, dejemos que se pinche. No le lancemos sobre la zarza, no es la idea, ¿vale? Pero si no hay ninguna contraindicación médica, el niño debe saber qué significa el dolor. Porque en la vida hay dolor también.

Y debe saber que cuando hay dolor, hay personas a su alrededor que le ayudarán, que puede confiar en los demás. Porque si no, nos encontramos con adolescentes que se hunden ante la frustración. Porque no han aprendido que hay momentos de dolor físico y mental, que el cerebro los procesa de la misma manera.

La era de las pantallas

- Vivimos en un contexto social muy acelerado, de inmediatez y multitarea. ¿Cómo está afectando esto a nuestro cerebro?

-Nos está haciendo más impulsivos. Tenemos menos capacidad de retrasar la gratificación. Si algo que estamos viendo no nos gusta, pasamos de inmediato a otra cosa. Si queremos comprar algo y no está en la tienda, lo pedimos online y nos llega mañana. Esto nos hace menos pacientes. Y, además, está haciendo que baje nuestra capacidad de atención.

La atención consciente es un recurso muy limitado para el cerebro. Si tenemos que dividirla entre muchas cosas, se agota rápidamente. Con la tecnología digital podemos tener 20 páginas abiertas, pasando de unas a otras, con el móvil al lado por si alguien nos manda un WhatsApp. Eso hace que el cerebro se agote mucho. Al final, no sabemos ni dónde tenemos las cosas que estábamos buscando.

Y eso hace que nuestra capacidad de atención disminuya. Por ejemplo, hace unos años, cuando iba a dar una conferencia, me pedían que hiciera una pequeña grabación para promocionarla en redes sociales. Hace cinco años me decían: "Que sea máximo de un minuto y medio, que no pase de dos minutos". Este último año, me han dicho: "Que no pase de 45 segundos, porque después la gente deja de mirarlo".



viernes, 31 de enero de 2025

Educación ambiental en las escuelas

 * https://www.eldiario.es/edcreativo/reciclandoadiario/educacion-medioambiental-proyecto-futuro-salud-ecosistemas_1_12002384.html

La educación medioambiental, un proyecto de futuro para la salud de los ecosistemas

El futuro del planeta pasa porque los alumnos de hoy en día estén dotados de una correcta educación medioambiental


Azahara García

30 de enero de 2025 05:00 h 0

El 26 de enero se celebró el Día Mundial de la Educación Ambiental que busca, según la Carta de Belgrado, en la que se plasman sus reivindicaciones fundamentales, “formar una población mundial consciente y preocupada con el medio ambiente y con los problemas asociados, y que tenga conocimiento, aptitud, actitud, motivación y compromiso para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes y para prevenir nuevos”. En el marco de este día, Naturaliza, el proyecto de Ecoembes sobre educación ambiental en colegios, lanza por quinto año consecutivo la Semana Redonda. 

Esta semana de actividades relacionadas con la educación ambiental, no solo es la ocasión perfecta para reconocer la labor desempeñada por la comunidad educativa para inculcar a los más pequeños valores como el respeto por el entorno natural y el amor por la naturaleza, también se trata de extender esta concienciación a las familias y a la ciudadanía. En este sentido, Naturaliza propone una serie de actividades y recursos educativos gratuitos para que durante la semana el medioambiente entre en las aulas de una forma activa, fomentando la participación y el pensamiento crítico entre los alumnos. 

“Este año hemos centrado la Semana Redonda en la importancia de mantener un medio ambiente sano y reflexionar sobre cómo nuestras acciones influyen en la salud de los ecosistemas”, explica Helena Astorga, portavoz de Naturaliza. “Las actividades que hemos propuesto tratan de relacionar cómo el ser humano influye en la salud del medioambiente y cómo esa salud de los ecosistemas puede, a su vez, influir en la salud del ser humano, tanto a nivel físico como a nivel mental”, concluye Astorga. 

Algunas de estas actividades tienen que ver con preparar un botiquín con todos los remedios para contribuir a mejorar la salud del planeta, un juego interactivo para descubrir cómo nuestras decisiones pueden marcar la diferencia u otro en el que se invita a los alumnos a convertirse en profesionales de la salud para realizar un chequeo exhaustivo del estado del planeta. “Este año la primera actividad es una yincana que se basa en los cinco sentidos y luego, como colofón, vamos a confeccionar un mural en el que pondremos remedio a los problemas medioambientales con pequeñas pautas, como ir andando al colegio, cierra el grifo cuando te laves las manos…”, cuenta Rocío Merlos, profesora del CEIP San Juan de la Cruz (Baeza), que lleva varios años formando parte de la red de docentes Naturaliza. 

Inculcar el respeto por la naturaleza 

Merlos, que reconoce entre risas que sus compañeros la llaman Ecomerlos por su historial de compromiso con el medio ambiente, señala que la importancia de estas actividades va mucho más allá de lo impartido en las aulas. “Somos ecoescuelas, llevamos una serie de años desarrollando también este proyecto y se nota en el día a día, son pequeñas actuaciones que ellos también trasladan a las familias”, explica. Su labor como profesora de Naturaliza comenzó en 2020 y lo recomienda activamente. “El material está muy bien trabajado, es muy bueno, muy colorido, les llama mucho la atención [a los alumnos] y siempre están dispuestos a trabajar estas actividades”, apunta. 

Este proyecto está destinado a docentes de educación infantil, especial y primaria que quieran incorporar la educación ambiental de manera transversal en sus clases. “No se trata de hablar días puntuales sobre el medio ambiente, sino que estos conceptos y estas problemáticas ambientales se puedan incorporar transversalmente en su día a día en el aula. Por ejemplo, si están en clase de Matemáticas, pues en vez de estar haciendo las operaciones clásicas con un problema, pueden introducir conceptos ambientales a través del cálculo, por ejemplo, del ahorro energético o del agua que se ahorra si nos duchamos en vez de bañarnos”, señala Astorga. Por ello, los profesores que quieran apuntarse a este proyecto reciben un pequeño curso online y a partir de ese momento se les proporciona una serie de propuestas didácticas, totalmente estructuradas y temporalizadas, para que ellos puedan incorporarlas directamente en el aula. 

Esta iniciativa, que considera como esencial la figura del maestro para despertar la conciencia ambiental entre sus alumnos, cuenta con seguimiento en toda España y en todas las comunidades autónomas. “A cierre del curso 23-24 teníamos en la red Naturaliza más de 2.700 docentes, de unos 1.700 centros educativos. En lo que llevamos de curso escolar, entre septiembre del 24 hasta ahora, a estos 2.700 se han incorporado 400 docentes nuevos”, expone Astorga. Un importante salto para hacer de la educación medioambiental una cuestión del día a día en las aulas.


miércoles, 29 de enero de 2025

Móviles, adolescentes....

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Diana Al Azem, profesora, experta educadora y escritora: "Igual que no le daríamos un cigarrillo a un niño de dos años, tampoco hay que dejarles un móvil"


¿Eres padre o madre de adolescentes o preadolescentes? Entonces esta información es para ti. Diana Al Azem, educadora y divulgadora, nos comparte su visión sobre los desafíos más significativos que enfrentan los jóvenes durante la adolescencia y cómo las familias pueden abordarlos juntos.

La temida adolescencia, tarde o temprano, hace aparición en nuestras vidas. Los niños crecen, se convierten en adolescentes, y si no contamos con las herramientas adecuadas, puede parecernos una etapa insufrible. Pero Diana Al Azem, fundadora de Adolescencia Positiva, nos asegura que no debemos asustarnos. Tan solo necesitamos prepararnos para gestionar esta etapa de la mejor forma posible.

Hemos tenido la suerte de poder conversar con ella sobre algunos de los temas que más nos preocupan en esta etapa: cómo hablar con nuestros hijos adolescentes, cómo lidiar con las temidas pantallas y qué podemos aprender de la adolescencia para sacarle el lado positivo. La profesora y conferenciante, que dirige el proyecto Cumbre Adolescencia 360 (en el que conferenciantes de diferentes ramas de la ciencia de la educación compartirán su sabiduría) nos explica cómo funciona el cerebro del adolescente y qué debemos hacer para disfrutar esta etapa de crecimiento junto a nuestros hijos.  

Entrando en el tormentoso mundo de la adolescencia

-¿Por qué la adolescencia suele ser una etapa tan conflictiva o problemática, especialmente en el seno de las familias?

-Todo el mundo da por hecho que la adolescencia va a ser conflictiva, pero no tendría por qué serlo si tuviésemos las herramientas adecuadas para poder acompañar esta etapa. Es verdad que tiene mala fama, porque es una etapa en la que los padres tenemos que vivir un duelo.

Esos niños pequeños que nos seguían a todas partes y nos admiraban ahora buscan ser independientes, autónomos. Cuestionan cosas que antes ni se planteaban, responden a lo que les parece injusto... En definitiva, están construyendo su autonomía, y prácticamente rechazan todo lo que venga de sus padres. 

Entre otras cosas, esto ocurre porque, a nivel evolutivo, el cerebro del adolescente se está preparando para abandonar el nido familiar. Para ello tiene que alejarse de sus padres, y lo hacen a través del rechazo. Si esto no lo sabemos los padres, y nos tomamos sus desplantes como algo personal, en lugar de entender que es parte de su evolución, entramos en conflicto. 

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¿Por qué la adolescencia es una etapa tan difícil?

-Entonces, ¿cómo pueden prepararse emocionalmente los padres para este momento de rechazo?

-Los padres necesitan un poco de ayuda muchas veces, porque nadie nos enseñó cómo gestionar nuestras emociones cuando éramos pequeños. Todo esto de la crianza respetuosa no existía. A nosotros nos han enseñado que no hay que llorar si te haces daño, que no hay que enfadarse si crees que un adulto está haciendo algo que tú crees que es injusto.

Nos han enseñado a callar mucho y a aguantar bastante. Ahora, eso nos pasa factura. Por eso es importante que los padres reciban una pequeña ayuda para aprender a gestionar sus emociones a través de herramientas como la respiración, la meditación u otras técnicas cognitivas.

Pero sobre todo entender también cómo funciona esto de las emociones. Entender nuestras propias emociones para aprender a gestionarlas, porque si no las entendemos, no las podemos gestionar. 

-Es normal, entonces, que sintamos que se abre una brecha entre padres e hijos en esta etapa. ¿Cuál es la mejor manera de afrontarla?

-La mejor forma es tener un acercamiento hacia los intereses de nuestros hijos. No hablo, ni mucho menos de convertirnos en sus amigos, porque entonces los dejaríamos huérfanos. Pero sí que tengamos un poquito más de interés por aquellas cosas que a ellos les gustan.

Hay que verlos como personas, no solo como "nuestros hijos". Si tratamos a un amigo con respeto y sin juzgarle cuando nos cuenta un problema, ¿por qué no hacer lo mismo con nuestros hijos?

Siempre digo que tenemos dos orejas y una boca por una razón: para escuchar el doble de lo que hablamos. Esto nos deberíamos aplicar con nuestros hijos adolescentes. Escucharlos más, hablar menos, repetir las cosas menos. 

Debemos aprender a ser más contundentes con los límites, pero no repetirnos, para no desgastarnos. No debemos tener miedo a poner límites, pero estos deben ser pocos y contundentes. Si ponemos demasiados, al final los adolescentes no hacen nada de lo que les vayamos a decir. 

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-Hablando de móviles y redes sociales, ¿cómo han cambiado la adolescencia en los últimos años?

-Tenemos un grandísimo reto entre manos. No es que la adolescencia como etapa haya cambiado, pero ahora tienen un nuevo juguete, una nueva droga. Si antes los padres se preocupaban porque sus hijos no fumaran, no bebieran, y no consumieran ningún tipo de droga, ahora los padres nos tenemos que preocupar por una nueva droga que ha llegado a esta sociedad y que además es aceptada y legal: el teléfono móvil.

Nos lo tenemos que tomar de la misma forma que nos lo tomaríamos si, de repente, nuestro hijo fumara, siendo un poco exagerados. No le daríamos un cigarrillo a un niño de dos años, e igualmente tenemos que ser conscientes, aunque aún no hayamos llegado a esa etapa, de que no hay que darles el teléfono a los niños. 

Sabemos que es una herramienta que van a tener que utilizar. Por eso es importante que los padres introduzcan esta herramienta de manera progresiva y con control parental desde el principio.

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Por ejemplo, puedes empezar dándoles un móvil básico para localizarles y que solo pueda admitir llamadas. Poco a poco, según van cumpliendo años, añadimos funciones. Quizá pueden usar internet, pero en casa, conectado al WIFI, que los padres puedan ver lo que está haciendo. Con el tiempo y con los años, a lo mejor damos datos móviles.

Es decir, dar el móvil de una forma progresiva, y no de golpe.  Y por supuesto, un control parental desde el minuto uno. Si les damos un smartphone sin límites desde el principio, luego es muy difícil poner reglas. Hay que enseñarles a usar el móvil de manera responsable desde el principio.

-¿Y qué pueden hacer los padres cuando el problema ya está instaurado?

-Si ya hay un problema, muchas veces es necesario buscar ayuda profesional. Las adicciones a las pantallas activan los mismos mecanismos cerebrales que las adicciones a sustancias.  De todas formas, muchas veces nos cuesta pararlo porque nuestros hijos se enfadan, gritan y tenemos unas broncas terribles. Pero de verdad, esto es un tema muy serio.

Más vale pasar unos días de broncas y enfados ahora, que arrepentirse más adelante por no haber actuado. Esto es un tema que quiero subrayar para que estemos muy pendientes como padres.

Nuestros hijos, grandes maestros

-La adolescencia tiene fama de ser complicada, pero también debe tener aspectos positivos. ¿Qué destacarías?

-Nuestros hijos son grandes maestros para nosotros. Nos dan grandes lecciones de paciencia y a vivir con un ritmo más relajado. Muchas veces no tienen prisa, no se preocupan por llegar cinco minutos tarde, y nosotros podemos aprender de esa forma de ver la vida, porque llevamos un ritmo que no es normal. 

Además, como profesora, veo que los adolescentes tienen una energía y una ilusión increíbles. Y quizá como adultos, somos nosotros los que les estamos quitando las ganas de hacer cosas. Es decir, la energía, la perseverancia y la constancia que un adolescente puede llegar a tener, no es equiparable a la que no tenemos los adultos.

Podemos aprender a mirar la vida a través de sus ojos. Tengamos en cuenta que son personas que llevan pocos años viviendo, y que, por lo tanto, están en un proceso de curiosidad y de aprendizaje. Nosotros, como adultos, deberíamos valorar más estas ganas que tienen de aprender y experimentar en la vida. Son muchas, muchas las cosas que ellos también pueden enseñarnos.

miércoles, 22 de enero de 2025

Jugar bajo los árboles

 Jugar bajo los árboles es un regalo para los niños y el planeta: fomenta su desarrollo físico, emocional y cognitivo, mientras exploran y se conectan con la naturaleza.


Trepar, recoger hojas o simplemente escuchar a los pájaros estimula su curiosidad y reduce el estrés, al tiempo que cultiva en ellos una conciencia ambiental que los llevará a cuidar los árboles en el futuro.


Bajo sus ramas, crecen niños más felices y se siembra la esperanza de un mundo más verde.


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