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El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender (Montaigne)

viernes, 7 de marzo de 2025

Comportamiento humano

 * https://www.cuerpomente.com/psicologia/david-bueno-biologo-experto-comportamiento-humano-ninos-suben-arboles-tienen-mayor-control-emocional-adolescencia-gestionan-mejor-ansiedad_15121?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=trafico

David Bueno, biólogo y experto en comportamiento humano: "Los niños que se suben a los árboles tienen mayor control emocional en la adolescencia y gestionan mejor la ansiedad"

El biólogo y divulgador David Bueno nos invita a descubrir el papel esencial del arte en nuestra evolución y bienestar. En su nuevo libro, 'El arte de ser humanos', explora cómo la creatividad, la educación y la neurociencia están conectadas, y nos ofrece claves para recuperar la atención, la empatía y el asombro en un mundo acelerado.


¿Te has preguntado alguna vez porque te emocionas al ver una película, escuchar una canción o mirar un cuadro? El arte conecta con el ser humano a un nivel instintivo, casi primitivo, como explica David Bueno, neurocientífico y doctor en biología, en su nuevo libro El arte de ser humanos (Destino).

Bueno lleva años explorando la relación entre la neurociencia y nuestra forma de aprender, de emocionarnos y de convivir. En este nuevo libro, nos invita a mirar la creatividad desde una perspectiva innovadora: como una herramienta que ha moldeado nuestra evolución y que sigue siendo clave para nuestro bienestar.

En esa entrevista, conversamos sobre la importancia del arte en la educación, el impacto de la tecnología en nuestra atención y cómo recuperar la capacidad de asombro en un mundo cada vez más acelerado. Porque el arte no es solo algo que admiramos en los museos, es una forma de entender el mundo que nos confiere la capacidad de transformarlo.

Aprendiendo a enseñar

- ¿Cómo podemos integrar de mejor forma el arte en el sistema educativo?

-En estos momentos, el currículum educativo, con pequeñas variaciones según la Comunidad Autónoma, reserva un 10% de las horas de primaria para educación artística. Es mucho menos de lo que había en la Antigüedad, que dedicaban más de la mitad de la enseñanza a las artes. Ahora, ¿significa esto que la mitad de las horas deberían ser de arte? No hace falta. Es más fácil de lo que parece. Se trata de ir añadiendo pequeños toques artísticos al resto de aprendizajes.

Hay que aprender a sumar, restar, multiplicar y dividir, hay que aprender a leer y escribir, hay que aprender ciencias, claro que sí. Pero si cuando estamos estudiando la multiplicación y la división en los últimos cursos de primaria, le pregunto a los niños: "¿Qué melodía te sugiere una multiplicación? ¿Y una división?", podrían tocarla con algún instrumento, como la flauta o percusión. No es que se aprenda más de esta forma, pero sí que el cerebro de estos niños y niñas relaciona lo que están aprendiendo de forma racional con aspectos mucho más emocionales y vivenciales.

La plancha de pilates pared que aplana el abdomen y estiliza la espalda

Susana Pacheco, entrenadora

- ¿Qué otros cambios podemos aplicar a nuestro sistema educativo gracias a lo que sabemos de neurociencia?

-Un aspecto que considero muy importante es que los alumnos se conozcan a sí mismos, no solo en aspectos cognitivos—que también—a partir de reflexiones, debates, analizando su día a día de forma consciente, sino también en aspectos físicos. Nuestra mente está dentro de un cuerpo, están juntos. Nos encontramos con chicos y chicas que, cuando llegan a la adolescencia, tienen problemas de autoimagen, de autoestima, de autopercepción, porque no han trabajado su cuerpo a través del deporte, la psicomotricidad, el baile… Hay muchas maneras diferentes de vivirlo. A veces los aislamos tanto del exterior, creyendo que así están más seguros, que no les dejamos conocer su cuerpo.

Hay un trabajo que se hizo en Nueva Zelanda en el que se demostró que a los adolescentes que, cuando eran niños, sus padres les dejaban encaramarse a los árboles, tenían un mayor control emocional durante la adolescencia. Les era más fácil gestionar la ansiedad y el estrés, y eran capaces de valorar mejor los riesgos asociados a nuevos retos para asumirlos con conocimiento. Simplemente porque lo habían ensayado cuando eran niños. Porque al final, es su cuerpo. Están encaramándose a un árbol, necesitan pensar, pero también necesitan conocer sus limitaciones y ver cómo van progresando.

Cómo estimular el pensamiento crítico en niños y jóvenes

- ¿Cuál es el mayor error que estamos cometiendo al educar a las nuevas generaciones?

-Uno es este tema, el de la sobreprotección, que ya lo hemos comentado. Otro es justamente lo opuesto—que a veces, además, se da al mismo tiempo—que es la sensación de poco apoyo emocional. Cuando en una familia estamos cenando juntos y cada uno está con su aparato tecnológico, sin mirarnos a la cara, sin dirigirnos la palabra, la sensación de esos niños y niñas es de abandono emocional. No sienten que están siendo tenidos en cuenta.

Y, al mismo tiempo, hay sobreprotección: "Que no sufran, que no se hagan daño". Hombre, por supuesto que hay que evitar grandes daños. Pero también digo, a veces, cuando vemos que un niño se acerca a una zarza con pinchos, dejemos que se pinche. No le lancemos sobre la zarza, no es la idea, ¿vale? Pero si no hay ninguna contraindicación médica, el niño debe saber qué significa el dolor. Porque en la vida hay dolor también.

Y debe saber que cuando hay dolor, hay personas a su alrededor que le ayudarán, que puede confiar en los demás. Porque si no, nos encontramos con adolescentes que se hunden ante la frustración. Porque no han aprendido que hay momentos de dolor físico y mental, que el cerebro los procesa de la misma manera.

La era de las pantallas

- Vivimos en un contexto social muy acelerado, de inmediatez y multitarea. ¿Cómo está afectando esto a nuestro cerebro?

-Nos está haciendo más impulsivos. Tenemos menos capacidad de retrasar la gratificación. Si algo que estamos viendo no nos gusta, pasamos de inmediato a otra cosa. Si queremos comprar algo y no está en la tienda, lo pedimos online y nos llega mañana. Esto nos hace menos pacientes. Y, además, está haciendo que baje nuestra capacidad de atención.

La atención consciente es un recurso muy limitado para el cerebro. Si tenemos que dividirla entre muchas cosas, se agota rápidamente. Con la tecnología digital podemos tener 20 páginas abiertas, pasando de unas a otras, con el móvil al lado por si alguien nos manda un WhatsApp. Eso hace que el cerebro se agote mucho. Al final, no sabemos ni dónde tenemos las cosas que estábamos buscando.

Y eso hace que nuestra capacidad de atención disminuya. Por ejemplo, hace unos años, cuando iba a dar una conferencia, me pedían que hiciera una pequeña grabación para promocionarla en redes sociales. Hace cinco años me decían: "Que sea máximo de un minuto y medio, que no pase de dos minutos". Este último año, me han dicho: "Que no pase de 45 segundos, porque después la gente deja de mirarlo".



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